domingo, 8 de febrero de 2015

Calle del Duque de Rivas

Calle del Duque de Rivas

Entre la calle de la Colegiata y la de Concepción Jerónima se encuentra la calle del Duque de Rivas, llamada así porque en ella tenía su residencia don Ángel María de Saavedra y Ramírez de Baquedano, III duque de Rivas, grande de España, más conocido por su título nobiliario de Duque de Rivas.

Ángel María de Saavedra y Ramírez de Baquedano, III duque de Rivas, (Córdoba, 10 de marzo de 1791 – Madrid, 22 de junio de 1865) fue un escritor, dramaturgo, poeta, pintor y político español, conocido por su famoso drama romántico Don Álvaro o la fuerza del sino (1835). Fue presidente del gobierno español (Consejo de Ministros entonces) en 1854, durante sólo dos días.

El palacio levantado por el Duque de Rivas, el Palacio de Viana, es ahora la residencia oficial del ministro de Asuntos Exteriores. Fue construido en 1843 por encargo del duque sobre la base del antiguo palacio de don Francisco Ramírez, esposo de doña Beatriz Galindo, La Latina, que fue consejera y profesora de latín de Isabel la Católica.
Contando sólo un año de edad, su padre, don Juan Martín de Saavedra fue condecorado con el título de Grande de España. Abocado a la carrera militar por su condición de segundón (su hermano mayor, Juan Remigio heredaría el ducado a la muerte del padre de ambos), ingresó en 1802 en el Real Seminario de Nobles de Madrid permaneciendo en él hasta 1806. Con tan solo nueve años ya le correspondían por linaje la cruz de caballero de la Orden de Malta, la banderola de supernumerario de la Guardia de Corps, el hábito de la Orden de Santiago, etc. En 1807 fue alférez de la Guardia Real. Luchó con valentía contra las tropas napoleónicas siendo herido en la Batalla de Ontígola (1809). El general Castaños le nombró capitán de la caballería ligera. Obtuvo también el nombramiento de primer ayudante de Estado Mayor.

En 1823, Rivas fue condenado a muerte por sus creencias liberales y haber participado en el golpe de estado de Riego en 1820. Además se le confiscaron sus bienes y huyó a Inglaterra. Luego pasó a Malta en 1825 donde permaneció cinco años. En 1830 se marchó a París. Después de la muerte de Fernando VII en 1833, regresó a España al recibir la amnistía y reclamó su herencia, y además en 1834 murió su hermano mayor, Juan Remigio, y recayó en él por ello el título de duque de Rivas. Dos años después fue nombrado ministro de la Gobernación. Luego emigró a Portugal por poco espacio de tiempo. A la vuelta desempeñó el papel de senador, alcalde de Madrid, embajador y ministro plenipotenciario en Nápoles y Francia, ministro del Estado, presidente del Consejo de Estado y presidente de la Real Academia Española y del Ateneo de Madrid en 1865.

En la literatura, Rivas fue protagonista del romanticismo español. Don Álvaro, fue estrenado en Madrid en 1835, y fue el primer éxito romántico del teatro español. La obra se tomó más tarde como base del libreto de Francesco Maria Piave para la ópera de Verdi La fuerza del destino (1862). Otra obra teatral romántica fue El desengaño en un sueño. También obras de teatro fueron Malek Adel, Lanuza y Arias Gonzalo y la comedia Tanto vales cuanto tienes, estas obras son más de estilo neoclásico. Como poeta, su obra más conocida son los Romances históricos (1841), adaptaciones de leyendas populares en forma del romance, pero además escribió en verso obras como Poesías (1814), El desterrado, El sueño del proscrito, A las estrellas y Canto al Faro de Malta. En prosa escribió Sublevación de Nápoles, capitaneada por Masaniello e Historia del Reino de las Dos Sicilias. En ensayo destacó en Los españoles pintados por sí mismos. Escribió romances al estilo de leyendas con brillantes descripciones y hábil fantasía histórica como La azucena milagrosa (1847), Maldonado (1852) y El aniversario (1854). Escribió además varios cuadros de costumbres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario