La calle del Reloj se encuentra entre la calle de Rio y la plaza de la Marina Española, , b. del Senado, d. de Palacio, p. de Santiago.
Toma su nombre de un reloj de sol que había en la fachada de las casas de doña María de Córdova y Aragón, dama de la reina doña Ana, esposa de Felipe II, y dueña de la infanta doña Isabel. Casas que cedió para establecer el colegio de San Agustín, que después llevó su nombre, y que en el siglo XIX se convirtieron en edificio de las Cortes y palacio del Senado.
Carpe diem es una
locución latina que literalmente significa 'toma
el día', que quiere decir 'aprovecha
el momento', en el sentido de no malgastarlo. Fue acuñada por el poeta
romano Horacio (Odas, I, 11):
Carpe diem, quam minimum credula postero
"aprovecha el día, no confíes en el mañana" (trad.)
El adagio latino podría equivaler a oraciones en castellano
como «no dejes para mañana lo que puedas
hacer hoy» o «vive cada momento de tu
vida como si fuese el último».
Es un tópico literario, o tema recurrente, en la literatura
universal como exhortación a no dejar pasar el tiempo que se nos ha brindado y
a disfrutar los placeres de la vida dejando a un lado el futuro, que es
incierto. Cobra especial importancia en el Renacimiento, en el Barroco y en el
Romanticismo.
Este tópico respecto a las diferentes épocas literarias ha
ido variando en la forma de entenderlo. Durante el periodo de la Edad Media era
entendido como: "vive el momento
porque vas a morir pronto". Posteriormente durante el Renacimiento,
los ideales de belleza y perfección hicieron entenderlo de la siguiente forma: "vive el momento porque vas a envejecer
pronto". Finalmente en la época Barroca este tema se volvió a
interpretar de la misma forma que en la Edad Media, pero con bastante más
intensidad en cuanto a la muerte.
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