sábado, 7 de febrero de 2015

Calle de Isabel Tintero

Calle de Isabel Tintero

La calle de Isabel Tintero se encuentra ubicada entre la calle de la Paloma, la plaza de la Virgen de la Paloma y la Gran Vía de San Francisco.

Su nombre tiene su origen en el siglo XVIII cuando aparece en un corral de la calle de la Paloma un cuadro de la Virgen que es encontrado por el cuidador del corral quien tras utilizar el marco de madera como leña le regala la pintura a Juan Antonio Salcedo.

Éste se lo regala a su vez a una tía suya llamada Andrea Isabel Tintero quien la colocó en la puerta de su casa en la calle de la Paloma. Poco después la gente comenzaba a llamar a la Virgen, la Virgen de la Paloma.
Según cuenta la tradición, en 1787, una pintura que representa a la Virgen de la Soledad, se encontraba abandonada en un corral donde se almacenaba la leña con la que se trataba de aminorar los efectos del frío invierno madrileño. Un hombre se percató de la presencia del lienzo, y de su mal estado, por lo que optó por regalárselo a unos niños que por allí rondaban y que rápidamente comenzaron a jugar con él.

La pintura hubiese quedado en un juego de chicos de no ser por la intervención de Andrea Isabel Tintero, la tía de uno de ellos, quien decidió comprárselo a su sobrino a cambio de unas pocas monedas y optó por restaurarlo, enmarcarlo y colocarlo a la entrada de su casa, ubicada en la calle de la Paloma. Muy pronto se le comienzan a atribuir cualidades milagrosas a la imagen, su fama y devoción va creciendo de manera incontrolable por el vecindario.

Tal es así que Andrea Isabel habilita uno de los cuartos de su casa para que la gente pueda realizar el culto en mejores condiciones pero también pronto se queda pequeña. Por ese motivo, en 1795, se levanta una capilla para custodiarla. Ya para entonces, eran muchas las madres que se acercaban con sus bebés en busca de protección divina para sus recién nacidos. Una tradición que se sigue realizando en la actualidad y que incluso adoptó la realeza.

Finalmente, en el Siglo XIX, se opta por construir la iglesia que hoy en día sigue guardando aquella imagen que unos niños, inocentemente, rescataron del olvido. Su nombre oficial es el de Parroquia de San Pedro el Real aunque todo el mundo la conoce popularmente como la Iglesia de la Paloma. La virgen, que además es la patrona de los Bomberos, es posiblemente la más querida de todas las advocaciones madrileñas. Sus festejos, verbenas y la pasión con la que la gente vive su festividad, año tras año, así lo demuestran.

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