Entre la calle de Segovia y la Plaza de la Villa se
encuentra esta pequeña callejuela, conocida como la del Cordón. Es una calle
estrecha, sin paso de carruajes en su primer tramo tiene a un lado la fachada
posterior del convento de las Carboneras y a otro la Casa de Cisneros. Su
segundo tramo, que va desde la Plaza del Cordón hasta la calle de Segovia, está
abierto al tráfico. Su angostura y pendiente nos trasladan a ese Madrid antiguo
que conserva la esencia de otro tiempo.
Una versión es que toma el nombre del cordón que adornaba la
fachada de la casa del conde de Puñonrostro, donde estuvo preso Antonio Pérez,
secretario de Felipe II y de donde se escapó por un pasadizo que comunicaba el
edificio con la iglesia de San Justo.
Otra versión sobre el origen del nombre procede de un cordón
esculpido en piedra de Colmenar, que había sido colocado por Juan Delgado, su
dueño, en recuerdo del morrión o casco de la armadura que perdió en la batalla
de Almansa. La originaria casa del Cordón que estuvo junto a la citada iglesia
desapareció. Hoy ostenta ese título la casa situada en la plaza del mismo
nombre, con un cordón sobre la puerta.
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