La calle de Cenicero se encuentra entre la calle del Gobernador y la calle de Atocha.
Primero se llamó Redondilla o Redondilla Vieja, porque fue
el sitio predilecto de Felipe II y los nobles de la época para pasear y ofrecer
dulces a las damas.
Desde 1840 se denomina calle de Cenicero en recuerdo de la
defensa heroica de las tropas de Zumalacárregui frente a los carlistas en esta
localidad de La Rioja, ocurrida en 1834.
Sin embargo, la denominación tiene diferentes teorías ya antes
de la batalla de las tropas de Zumalacárregui se llamaba así por ser el lugar
donde se vendían las cenizas de los hornos de pan de Villanueva.
Además de la teoría de la venta de cenizas de los hornos de
Villanueva, existen dos teorías acerca del origen de su nombre:
- La primera defiende
la tesis de que dicho nombre viene de las cenizas que dejaban los pastores en
su estancia invernal por la zona;
- La segunda apunta la
hipótesis de que el nombre se debe a las cenizas que sobraban al realizar el
carbón vegetal de encina y carrasca, que abundaban en la zona.
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