La calle de las Navas de Tolosa se encuentra entre la calle del Postigo de San Martín y la calle de Trujillos.
La calle de Navas de Tolosa era conocida originariamente
como calle de la Sartén ó calle de la Sartén Alta.
Hay dos tradiciones sobre el origen de este curioso nombre.
La primera cuenta que los segadores de las eras de San Martín venían a comer a
este lugar y que uno de los monjes les traía pan, vino y un guiso en una
sartén. La segunda dice que aquí vivía un sartenero que tenía, a la entrada de
la casa, una enorme sartén con un huevo frito en el centro, la cual asustaba a
los chicos de la zona.
Desde 1900 recibe el nombre actual en recuerdo de la célebre
batalla de las Navas de Tolosa (Jaén) que ganaron los reyes de Castilla, Aragón
y Navarra el 16 de julio de 1212 contra Mohamed Yusuf.
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Dice Pedro de Répide de esta calle:
Del Postigo de San Martín a la calle de Trujillos, b. de San Martín, d. del Centro, p. de San Ginés.
Esta es la antigua calle de la Sartén, cuya tradición provenía de cuando los trabajadores de los campos del monasterio de San Martín venían a este lugar a hacer la comida del mediodía, que les traían los fámulos del convento, cargados unos con la cántara de vino, otros con los canastos del pan, y otros, en fin, con la enorme sartén llena de vianda, que colocaban en medio de la explanada, debajo de un entoldado y cerca de una fuentecilla.
También se ha dicho que el nombre de la calle recordaba una sartén de ocho varas de larga y tres de ancha que servía de muestra al taller de un calderero. Tamaño excesivo parece, con lo que esta tradición resulta menos verosímil, además de ser menos bella que la otra. En la calle de la Sartén había en 1830 un teatro igualmente llamado, al que asistía muchas veces Fernando VII.
Por acuerdo municipal del 5 de mayo de 1900 cambióse el nombre de esta vía por el de las Navas de Tolosa, en memoria de la famosa batalla contra los árabes, ganada el 16 de julio de 1212 contra el Miramamolín de los Almohades por los reyes de Castilla, de Aragón y de Navarra.
Esquina a la calle de la Ternera existe el nuevo edificio expresamente construido para Casa de socorro del distrito del Centro.
Fue iniciativa de Alfonso VIII entablar una gran
batalla contra los almohades tras haber sufrido la derrota de Alarcos en 1195.
Para ello solicitó al papa Inocencio III apoyo para favorecer la participación
del resto de los reinos cristianos de la península ibérica, y la predicación de
una cruzada por la cristiandad prometiendo el perdón de los pecados a los que
lucharan en ella; todo ello con la intercesión del arzobispo de Toledo Rodrigo
Jiménez de Rada. Saldada con victoria del bando cristiano, fue considerada por
las relaciones de la batalla inmediatamente posteriores, las crónicas y gran
parte de la historiografía como el punto culminante de la Reconquista y el inicio
de la decadencia de la presencia musulmana en la península ibérica, aunque en
la realidad histórica las consecuencias militares y estratégicas fueron
limitadas, y la conquista del valle del Guadalquivir no se iniciaría hasta
pasadas unas tres décadas.
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