La Travesía del Horno de la Mata, pequeña callecita de mucha
antigüedad que une las vías de Concepción Arenal y Mesonero Romanos, lleva este
nombre por haber sobrevivido a la calle del Horno de la Mata, de la que era
bocacalle. Antes de heredar este nombre (en 1863) se la conocía con la bonita
denominación de calle del Viento, que era un nombre repetido en el callejero
madrileño.
La desaparecida calle del Horno de la Mata unía Jacometrezo
con Luna y se la conocía así por la importante tahona que acogía propiedad de
un tal Juan Mateo de la Mata, según unas versiones, o de la parroquia de San
Martín, según otras. En esta segunda versión, la historia sitúa el horno (sic)
junto a una mata de flores. La calle desapareció con el nacimiento de la Gran
Vía, y su trazado coincide con la actual calle de Concepción Arenal.
En la calle hubo otra tahona de importancia, pero en el
universo literario de Baroja. Allí sitúa el escritor la tahona donde Manuel,
protagonista de La Busca, entra a trabajar a las órdenes de Karl, hornero
alemán, alcohólico y sentimental.
Hoy, en la pequeña travesía hacen esquina (con Mesonero Romanos) un sex shop de reciente remodelación y una cafetería. Encontramos
también un par de restaurantes uno brasileño y el lateral de un local de sushi
en el sitio aproximado donde hemos constatado que se vendía, a principios del
XIX, “vino de Valdepeñas de superior calidad a 34 y 40 rs. la arroba”
Uno de los vecinos de la callecita fue Carlos Sáenz de
Tejada, que tuvo durante su juventud un estudio de pintura que compartía con
otros pintores que a la postre fueron también ilustres como Juan Esplandiú,
conocido como El pintor de Madrid. Sáenz de Tejada por su parte, fue uno de los
pintores e ilustradores del Bando Nacional. Figurinista y cartelista de
proyección internacional antes de la guerra – hizo figurines aclamados para
Carmen en París y rellenó páginas de Vogue y Harper’s Bazaar – durante la
contienda y después, se convirtió en uno de los grandes ilustradores del franquismo.
Sus dibujos se encuentran en textos iconográficos del fascimo español como
Historia de la Cruzada Española. Con la llegada de la democracia la figura de
Sáenz de Tejada cayó en el olvido y sólo hoy empieza a ser revisada de nuevo.
Más recordado y, por cierto, con nombre de calle en el
barrio, es el maestro Jacinto Guerrero. En una pensión de las que abundaban en
la zona pasaba las noches el famoso zarzuelista a su llegada a Madrid. Lejos
estaban aún sus grandes éxitos en los teatros de la capital con Los Gavilanes o
La rosa del Azafrán.
La Travesía del Horno de la Mata es hoy sólo un olvidado
pasillo de nombre sugerente. Sin embargo, es también la demostración de que
cualquier rincón del viejo Madrid encierra historias interesantes en sus
muros.
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