jueves, 26 de enero de 2023

Calle de Santa Inés

Calle de Santa Inés

La calle de Santa Inés se encuentra entre la calle de Santa Isabel y la calle de Atocha, b. de San Carlos, d. del Congreso, p del Salvador y San Nicolás. 

En el plano de Espinosa aparece ya con ese nombre, que se le dio por un retablillo con la imagen de aquella mártir romana, que existía sobre la puerta de unas herrerías. 

La acera izquierda de esta calle corresponde a la fachada occidental del Colegio de San Carlos edificio de la Facultad de Medicina. 

Inés, luego Santa Inés (¿291?-304) es una mártir cristiana patrona de las adolescentes. Su vida se cuenta en las Actas. Fue perseguida durante el gobierno de Diocleciano y fue encerrada en un prostíbulo, donde según la leyenda su santidad se confirmó.

Los detalles de su martirio llegan a nosotros a través de una obra llamada Actas escrita en el siglo V, es decir, más de un siglo después de ocurridos los hechos que relata.

Según este texto, Inés era una bella joven proveniente de una noble familia romana. Tuvo varios pretendientes, a los que rechazó por declararse fiel amante de Cristo. Entre ellos se contaba el hijo del prefecto de Roma, quien la denunció a su padre por ser cristiana. En aquellos tiempos, los cristianos se encontraban bajo la persecución de Diocleciano y se les condenaba con la muerte si se negaban a sacrificar a los dioses romanos.

Fue juzgada y sentenciada a vivir en un prostíbulo, donde, milagrosamente permaneció virgen. Según las Actas de su martirio, aunque fue expuesta desnuda, los cabellos le crecían de manera que tapaban su cuerpo. El único hombre que intentó abusar de ella quedó ciego, pero Inés lo curó a través de sus plegarias. Más tarde fue condenada a muerte, y, cuando iba a ser decapitada, el verdugo intentó que abjurase, a lo que ella respondió:

Injuria sería para mi Esposo que yo pretendiera agradar a otro. Me entregaré sólo a Aquél que primero me eligió. ¿Qué esperas, verdugo? Perezca este cuerpo que puede ser amado por ojos que detesto.
Últimas palabras de Santa Inés

Fue sepultada en la Vía Nomentana. Pocos días después de su muerte se encontró a su mejor amiga y hermana de leche, una chica de su edad llamada Santa Emerenciana, rezando junto a la tumba; cuando una furiosa Emerenciana increpó a los romanos por matar a su amiga, fue muerta a pedradas por la turba.

Aun cuando la veracidad de la fuente histórica que narra los detalles del martirio es puesta en duda por los historiadores cristianos, hay menciones a la mártir en otros escritos del tiempo, como por ejemplo, la Depositio Martirum del año 354 y los Epigramas del papa Dámaso. El poeta Prudencio se hizo eco de la leyenda áurea en su recopilación de actas, que fue atribuida erróneamente por mucho tiempo a Ambrosio de Milán.

La hija de Constantino, Constanza, mandó construir la basílica que lleva su nombre en la vía Nomentana. Numerosas vidas de esta santa y obras de arte se realizaron durante la Edad Media: existen relicarios y estatuas en la ciudad de Roma, especialmente la realizada por Ercole Ferrata (Santa Inés en las llamas).

Debido a la raíz de su nombre (Agnus, "cordero" en latín), el 21 de enero, día de su fiesta, se bendicen los corderos con cuya lana se tejerán los palios de los arzobispos. El palio es un ornamento de lana blanca con seis cruces negras, que se pone sobre los hombros y tiene dos bandas que caen sobre el pecho y la espalda. Lo llevan el Papa y los arzobispos metropolitanos. Es un símbolo que manifiesta la estrecha unión con el romano pontífice y la misión del pastoreo, razón por la cual se confeccionan de la lana de los corderos. Los nuevos arzobispos reciben el palio el 29 de junio, solemnidad de los Santos Pedro y Pablo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario