domingo, 29 de enero de 2023

Calle de San Blas

Calle de San Blas

La calle de San Blas se encuentra entre la calle de San Pedro y la calle de la Alamedab. de la Alameda, d. del Congreso, p. del Salvador y de San Nicolás. 

El trozo de la calle de la Alameda a donde va a parar esta breve vía era lo que se llamó calle de la Leche, por la imagen de la Virgen de este nombre que había en la casa de doña Isabel de Móstoles, y que fue luego trasladada a la iglesia parroquial de San Sebastián. A la calle de San Blas dan las tapias del jardín de la casa de aquella dama, a la cual se entra por la travesía del Fúcar, y después de haber sido en el siglo XVI Hospital de los Cómicos, pertenecientes a la cofradía de Nuestra Señora de la Novena, es ahora colegio de Huérfanas de la Caridad. 

Dábase el nombre de San Blas a esta calle, que ya figura con ese nombre en los planos del siglo XVII, por su proximidad al cerrillo donde estaba la ermita de ese santo, abogado contra los males de la garganta, la cual estaba cerca de donde ahora el Observatorio Astronómico. 

Blas de Sebaste, venerado como san Blas, fue un médico, obispo de Sebaste (Sebastensis armenorum) en Armenia (actual Sivas, Turquía), y mártir cristiano. Hizo vida eremítica en una cueva en el bosque del monte Argeus, que convirtió en su sede episcopal. Fue torturado y ejecutado en la época del emperador romano Licinio, durante las persecuciones a los cristianos de principios del siglo IV.

Su culto se extendió por todo Oriente, y más tarde por Occidente. En la Edad Media, se llegaron a contabilizar solamente en Roma 35 iglesias bajo su advocación. Su festividad se celebra 3 de febrero en las Iglesias de Occidente y el 11 de febrero en las de Oriente.


Se lo considera patrono de los enfermos de garganta (faringe), y de los otorrinolaringólogos. También es patrono de la República del Paraguay, de numerosas localidades españolas, y de Dubrovnik (Croacia). En esta ciudad, su festividad es emblemática y casi milenaria (se remonta como mínimo al año 1190) y se incorporó en 2009 en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Uno de los pueblos más creyentes de toda España a este santo, fue Líjar(Almería) quien estuvo en guerra con Francia durante 100 años, este santo protegió (según se dice) de muchas enfermedades a sus habitantes, y además todo el que come pan después de que lo toque la figura de este santo se cura si sufre de la garganta.
El número 4 de la calle de San Blas esconde una bodega de los siglos XVI y XVII en la que un bodeguero y más tarde unos monjes, excavaron una de las mejores construcciones de este tipo de Madrid y la más antigua.

Como nos cuenta el diario El Mundo, «la temperatura en la bodega es estable y la humedad que requiere la crianza del vino aún se conserva intacta. Todavía pueden contemplarse cúpulas originales, arcos, paredes de ladrillo visto y reliquias que se han encontrado en la rehabilitación, como una pistola de la Guerra Civil (bando republicano) y un túnel de escapatoria que aún se conserva parcialmente abierto y a la vista».

La bodega además esconde más secretos: «otros dos pasadizos que en su día comunicaban sabe Dios con qué edificios cercanos, una colección de llaves antiguas y cerrojos, un ambiente íntimo para celebraciones o eventos y una cocina tipo 'show cooking' en la que reina una brasileña que prepara uno de los mejores tatakis de atún rojo que se pueden comer en Madrid».

Bien merece acercarse a esta bodega-restaurante, no solo para disfrutar de su grastronomía sino por lo que ella muestra a los comensales.

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