De la calle Mayor a la plaza de Herradores, b. de San Martín, d. del Centro, p. de San Ginés.
Llámase así porque fue abierta sobre el solar de la antigua iglesia que fue de San Francisco de Borja y luego oratorio real de San Felipe Neri. La primera residencia de los padres del oratorio comenzó el año 1660, en la plaza del Ángel, entre el callejón del Beso, que tenía la misma dirección de la calle de San Sebastián, y la plazuela primitiva, aumentada luego por el derribo de aquel convento, en cuyo emplazamiento estuvo la cruz de piedra que de allí pasó al gran patio del camposanto general del Sur, vulgarmente llamado de la Puerta de Toledo. Fue su fundador el padre D. Diego Liñán con otros pocos compañeros, que labraron aquella iglesia y casa, aunque estrechas.
Allí vivieron hasta el año 1769, en que Carlos III les concedió el templo de San Francisco de Borja y vivienda que los jesuitas tenían en la plazuela de Herradores, cesión que se les hizo con la condición de que se mantuviera el título del santo duque de Gandía y se conservara allí el cuerpo de este padre famoso de la Compañía, reliquia que de allí pasó a San Antonio del Prado y actualmente se halla en la moderna iglesia de la calle de la Flor.
Derribado el convento de San Felipe Neri, después de la exclaustración de regulares, edificáronse en su solar el mercado cubierto y la galería de cristales que se llamaron de San Felipe, el más suntuoso ensayo que se hizo en Madrid de la imitación de los pasajes a estilo de París, los cuales aún existen en la capital de Francia y no perduraron en la de España, donde sólo se conserva el de Murga, en la calle de la Montera, que es al más vulgar y sordido de todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario