domingo, 29 de enero de 2023

Calle de San Bruno

Calle de San Bruno

La calle de San Bruno, en el centro histórico de la ciudad, va de la calle de Grafal a la calle de Toledo, saliendo casi frente a la Iglesia de San Isidro.

Está dedicada a San Bruno de Colonia, monje alemán fundador de la orden religiosa  contemplativa de los Cartujos. Llámase así porque en esta calle había unos corrales que pertenecían a la cartuja de El Paular, y por eso se le dio el nombre del Santo fundador de la Orden. 

En el plano de Texeira aparece con el nombre del Peso de la Harina, y en el de Espinosa (siglo XVIII) ostenta el nombre actual. 

El trazado de esta vía es irregular, de modo que su trozo más ancho y breve, entre la calle del Grafal y la Cava Baja, no corresponde a la dirección del primero entre las calles de Toledo y del Grafal

Bruno (c. 1030 - 6 de octubre de 1101) fue un monje alemán, fundador de la orden religiosa contemplativa de los Cartujos.

Las primeras noticias de Bruno son que es canónigo en Colonia, tuvo estudios de letras seculares y teológicas, estudió teología en Reims, Francia, pasando a ser catedrático en 1057. Fue director de enseñanza en Reims, entre sus estudiantes se encontraba Eudes de Chatillon, después llamado papa Urbano II. Tras la muerte de su maestro Raymond Diocrès y la revelación de que este se había condenado, Bruno decide adoptar la vida eremítica bajo la dirección de Roberto de Molesmes. El obispo de Grenoble, Hugo, le cede la zona montañosa de la Cartuja o "Chartreuse" en francés, donde construye un oratorio rodeado de celdas, con lo que nace la orden de la Cartuja en el año 1084.

Llamado a Roma, ayuda en la reforma de Urbano II. Prefirió la vida contemplativa y regresó a la soledad renunciando al arzobispado de Reggio. Se retiró a la cartuja de La Torre, en Calabria, donde vivió en soledad junto con unos pocos laicos y algunos clérigos, en ese lugar murió y fue enterrado. No ha sido canonizado, pero se autoriza su culto a los cartujos, ya que ellos rehúyen todas las manifestaciones públicas.

Sin embargo, en 1514 obtuvieron del papa León X el permiso de celebrar la fiesta de su fundador, y Clemente X la extendió a toda la Iglesia en 1674. El santo es particularmente popular en Calabria, y el culto que se le tributa refleja en cierto modo el doble aspecto activo y contemplativo de su vida.

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