Va de la de las Tabernillas a la de don Pedro, b. de las Aguas, d. de la Latina, p. de San Andrés.
Había en este lugar unos baños públicos en tiempo de los árabes, baños demolidos en tiempo de Alfonso X. Y la abundancia de aguas era tal que servía para los caños de San Pedro el Viejo, para los riegos de las huertas del Pozacho, que estaban en el paraje sobre el que se extiende el Viaducto, y a más para el lavado de los intestinos de las reses del matadero, derivando el agua sobrante por una alcantarilla de fábrica. Esta y el arroyo de las fuentes de San Pedro rebasaban en las épocas de grandes lluvias, aglomerándose allí también diversas corrientes, por lo que a aquel paraje, y luego a la calle, se les denomina de las Aguas.
Esto calle quieta y apacible formada casi toda ella por viejas casas, no tiene tiendas, a excepción de una tahona. Hay en ella un Centro Republicano, y allí existió el teatro de Talía, que quien esto escribe recuerda de los días de su infancia en que le llevaban a ver "El nacimiento del Mesías", con las gracias de Bato y las picardías del demonio.
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