sábado, 21 de enero de 2023

Calle de la Aduana





Calle de la Aduana



La calle de la Aduana se encuentra entre la calle de la Montera y la calle de la Virgen de los Peligros.

Su primitivo nombre fue Angosta de San Bernardo porque a ella daban las tapias del desaparecido convento de Vallecas, de monjas bernardas, situado en la calle de Alcalá esquina a calle de la Virgen de los Peligros.

Y se llamaba Angosta para diferenciarla de la Ancha de San Bernardo, que es la actual de San Bernardo a secas. Cuando en 1865 la calle Ancha perdió este calificativo, la angosta pasó a denominarse Aduana, por quedar a espaldas del edificio de la Aduana, construido en 1769 por Sabatini en la calle de Alcalá.

En 1761 se presentó el proyecto del edificio, encomendado por Carlos III a Francisco Sabatini. Las obras finalizaron en 1769.

En 1845 se trasladó aquí el Ministerio de Hacienda, y fue precisamente entonces cuando el nombre de la calle pasó a ser de la Aduana, contrasentido que hacen notar Peñasco y Cambronero, que sentencian: "Esto fue hacer las cosas al revés."

El año 1944 se procedió a ampliar el edificio, obra dirigida por Miguel Durán Salgado, que aprovechó la portada del Palacio del Marqués de Torrecilla, de Pedro de Ribera, para una de las nuevas fachadas.

En esta calle vivió Mesonero Romanos; la describió, aunque sin decir su nombre, que deja en manos del lector adivinar, en el artículo titulado Mi calle, escrito en enero de 1837 y que se puede leer en sus Escenas matritenses.

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Dice Pedro de Répide de esta calle.

Va de la Montera a Peligros, perteneciendo del 1 al 53 al b. de Jardines, y del 2 al 28 al de la Puerta del Sol, d. del Centro, p. de San Luis. 

Llamóse antes calle angosta de San Bernardo, porque daban a ella las tapias de la huerta del convento de las Vallecas, que, como queda dicho, en otra ocasión se hallaba en donde la casa del café de Fornos, y recibió el nombre de ese santo por ser el regular de tales religiosas, llamándose, además, angosta para diferenciarla de la Ancha de San Bernardo

Hízose en 1769 el edificio de la nueva Aduana en la calle deAlcalá, hoy, Ministerio de Hacienda, dando su fachada posterior a la calle angosta de San Bernardo, así como la contigua, que fue dedicada al Estanco del Tabaco, y luego a Academia de Bellas Artes de San Fernando, e igualmente dan también a ella las accesorias del Casino de Madrid. De aquel hermoso palacio que hizo Sabatini con destino a la Aduana, vino luego a tomar la calle el nombre que todavía conserva. 

No es posible hablar de ella sin recordar que en ella vivía, cuando empezó a darse a conocer en las letras, don Ramón de Mesonero Romanos, quien la describió en uno de los cuadros primorosos de su <<Panorama matritense>>. 

Calle pintoresca, muy parecida a su pareja y paralela la de Jardines, por su público confuso; abundan en ella las casas de huéspedes y otras mansiones hospitalarias, y la caracterizan igualmente la presencia de restaurantes económicos, algún que otro colmado У el café concierto que, en un sitio o en otro, con tal o con cual nombre, existió siempre en esta calle o en sus alrededores. 

Hasta esta calle llega el espacio donde se hallan unos antiquísimos baños, cuya entrada principal es por la calle de Jardines y cuya existencia se remonta hasta cerca de tres siglos. 


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