La calle de Buenavista es, como muchas del barrio de
Lavapies, una empinada que está entre la calle de Santa Isabel y la calle de la Fe.
Cuenta la tradición que en esta calle tenía su residencia la
familia Castellanos, uno de cuyos miembros quitó a un moro una imagen de la
Virgen en Algeciras. Lo hizo atravesando el pecho del sarraceno con una flecha,
de forma tan certera que desde entonces fue apodado Buenavista. Y la imagen de
la Virgen pasó a ser Nuestra Señora de Buenavista o de los Castellanos. En la
capilla de la vivienda madrileña de los Castellanos estuvo mucho tiempo la
imagen, dejando su nombre a la calle. Después se veneró en la desaparecida
iglesia de la Trinidad, en la calle de Atocha, y en el siglo XIX, otro
componente de la familia, el escritor Basilio Sebastián Castellanos, pagó de su
bolsillo el traslado de la imagen a la iglesia de Chamberí.
Hace algunos años esta calle fue objeto de polémica, junto
con su vecina calle de Zurita. Y es que el Ayuntamiento, en el Nuevo Plan General de
Madrid, había previsto la demolición de las dos estrechas hileras de casas que
hay entre las dos calles, para crear nada más y nada menos que el bulevar de
Lavapiés. No pareció convencer demasiado esto a los vecinos, cuyas protestas
hicieron cambiar de opinión a los ediles madrileños.
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