La calle de Cañizares es una pequeña calle que se encuentra
entre Tirso de Molina y Antón Martín en el barrio de Lavapiés. Transcurre entre
la calle de la Magdalena y la calle de Atocha.
Inicialmente se llamó calle de San Sebastián ya que conducía
a esta iglesia.
Esta zona era conocida por la heredad de los Cañizares,
donde tenía su quinta Juan Antonio de Luján.
Cuenta la leyenda que una noche, un amigo de Luján montó en
su caballo a una mujer de un prostíbulo y la llevó a la quinta. Cuando llegaron
la arrastró hasta un humilladero que allí había mientras la mujer luchaba por
soltarse. Como señal de respeto hacia el Cristo del santuario, el hombre apagó
el cirio pero en ese momento el Cristo dejó caer su corona de espinas.
El hombre giró y regresó a la quinta de Luján donde un
criado le devolvió el sombrero de plumas que se le había caído y la corona de
espinas. Entonces el caballo le llevó nuevamente ante el convento de la
Trinidad de donde no podía hacerle regresar por más que lo intentó.
El beato Simón de Rojas, al escuchar el ruido que hacían
caballo y jinete abrió la puerta y el caballero le entregó la corona de espinas
quien se la colocó de nuevo al Cristo después de oír al pecador en confesión.
En el número 6 de esta calle se encuentra el Hostal Cats. Es
un palacete que data de 1803. Parece ser
que las personas que han dormido en él han sufrido experiencias paranormales y que
espíritus juguetones hacen de las suyas. Extraemos esto del artículo Los fantasmas
del antiguo palacete de la Calle Cañizares del blog La Bitácora del Miedo:
….lo que confirma
Carlos Portal, encargado de este inmueble y socio de Bonsai, es que muchos
turistas que han pasado por el «Cat’s» han sufrido experiencias fantasmagóricas
durante su estancia. «Desde una mujer que se aparecía en camisón por el pasillo
a una chica que sentía que alguien le tocaba, ruidos, teléfonos que sonaban
solos, apariciones,… Lo más impactante que he escuchado fue de unos clientes
que hicieron una foto y salía reflejado en una ventana una mujer con dos niños
ahorcados. Claro, no hay constancia de esa imagen».
El Palacete, fue construido sobre un solar en donde un fuego
destruyó el anterior inmueble y fue utilizado como refugio para milicianos en
la Guerra Civil Española, además en una antigua iglesia colindante, fueron
asesinados siete monjes.
El Palacete perteneció a la familia Benedicto desde los años
50 hasta el 2001, fecha en la que fue comprado por los periodistas José Antonio
Abellán y su esposa, Mara Colás, para reformarlo y utilizarlo como vivienda
habitual.
Tras el portalón de entrada se atravesaba un paso de
carruajes en mármol rojo con dos apliques de bronce de 1800, un cristal
emplomado daba paso a un distribuidor, una conserjería a la izquierda y una
escalera principal como de baile de emperatriz. Hacia la mitad de la escalera y
a la derecha había una armadura antigua española. Entrabas así a un patio
cuadrado de unos 100m2 lleno de policromías árabes, alrededor todo de mármol
blanco con una fuente en medio. Un lucernario coronaba la cubierta del
edificio, inundando el patio de luz natural.
Este es un artículo publicado en ABC el 2 de Noviembre de
2012 acerca de los sucesos paranormales ocurridos en este hostal. Se llama El
hostal de los malos espíritus.
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