La plaza de Cánovas del Castillo es un gran espacio circular
en cuyo centro se sitúa la Fuente de Neptuno y en el que desemboca la calle de
Felipe IV, el Paseo de Recoletos, la
Carrera de San Jerónimo y el Paseo del Prado.
Entre los edificios singulares de la plaza están el Hotel Palace, el Hotel Ritz y el Palacio de Villahermosa (que actualmente ocupa el
Museo Thyssen-Bornemisza).
La plaza debe su nombre al político decimonónico Antonio
Cánovas del Castillo y constituye el nexo de unión entre los paseos del Prado y
Recoletos. Esta es la plaza de Neptuno, nombre éste tan popular que hace que
poca gente sepa que está dedicada al político y literato.
La mayor parte de esos lugares tuvieron una especial
relación con la vida de Antonio Cánovas del Castillo.
Antonio Cánovas del Castillo (Málaga, 8 de febrero de
1828-Mondragón, Guipúzcoa, 8 de agosto de 1897) fue un político e historiador
español, presidente del Consejo de Ministros durante la mayor parte del último
cuarto del siglo XIX, sobrino del escritor y arabista Serafín Estébanez
Calderón.
Fue una de las figuras más influyentes de la política
española de la segunda mitad del siglo XIX, al ser el mayor artífice del sistema
político de la Restauración borbónica, convirtiéndose en el máximo dirigente
del Partido Conservador. Es considerado como uno de los más brillantes
políticos conservadores de la historia contemporánea española y criticado por
crear una falsa apariencia de democracia mediante el «turno de partidos», por
suspender la libertad de cátedra en España o por su postura favorable al
esclavismo.
Se denomina «canovismo» a la corriente política que tiene
por fondo la implantación de una democracia no revolucionaria y tradicional al
modelo británico. Ésta, sustentada en la monarquía, creía en el bipartidismo y
la alternancia del poder.
Antonio Cánovas del Castillo fue hijo de Antonio Cánovas
García, maestro nacido en Orihuela, Alicante, y de Juana del Castillo y
Estébanez, hija de Juan José del Castillo, y prima hermana de Serafín Estébanez
Calderón, el escritor.
Compaginó los estudios con su afición por la historia y en
1854 publicó su obra Historia de la decadencia española. Al mismo tiempo
iniciaba su carrera política y se unía a Leopoldo O'Donnell, artífice de la
revolución del 54 proclamada con el «Manifiesto de Manzanares», escrito por el
propio Cánovas. Miembro de la Unión Liberal, en 1854 fue elegido Diputado por
Málaga para las Constituyentes y, a la caída de O'Donnell, Gobernador Civil de
Cádiz. Fue ministro de Gobernación en 1864 y de Ultramar en 1865 durante el
reinado de Isabel II antes de proclamarse la Primera República Española.
Tras la Revolución de 1868 y fin de la monarquía borbónica
se encarga de preparar la vuelta del que sería Alfonso XII, hijo de Isabel II.
En 1874 tras el Pronunciamiento de Sagunto del general Martínez Campos y la
proclamación de Alfonso XII como rey, se encarga de idear el sistema de la
Restauración, siendo el redactor del manifiesto de Sandhurst, en 1874. Propone
un sistema bipartidista donde los fraudes electorales periódicos, apoyados en
el caciquismo hacían posible la alternancia en el poder, como medio de disipar
tensiones. Así accedió siete veces al cargo de Presidente del Consejo de
Ministros de España con Alfonso XII.
El autor de la Constitución de 1876 fue el ilustre jurista y
varias veces ministro Manuel Alonso Martínez siguiendo el ideario canovista,
haciendo gala de un Liberalismo Doctrinario Reformado. Cánovas también asumió
funciones de jefe del gobierno durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena.
El nuevo sistema, fundamentado en la Constitución de 1876,
era en teoría una democracia parlamentaria. Defensor del bipartidismo,
favoreció la formación de un Partido liberal que aceptara la legitimidad del
sistema político y pactó con el dirigente liberal Sagasta el turno político
obligatorio, mediante el Pacto del Pardo en 1885.
Decretó inicialmente el sufragio restringido en 1878, y
hasta 1890 no se contempló el restablecimiento del sufragio universal
masculino.
Salvo dos breves periodos en los que ocuparon la presidencia
Jovellar (1875) y Martínez Campos (1879), ocupó este cargo todo el tiempo que
creyó necesario hasta que Sagasta estuviera preparado para acceder al poder en
1881.
Cánovas murió asesinado el 8 de agosto de 1897, en el
balneario de santa Águeda, en el municipio de Mondragón, Guipúzcoa, por el
anarquista italiano Michele Angiolillo, inscrito en el establecimiento como
corresponsal del periódico italiano Il Popolo. Según declararía en el momento
de su detención, el motivo fue la venganza por las muertes de los anarquistas
detenidos en Barcelona a raíz del atentado contra la procesión del Corpus en
junio de 1896.
Práxedes Mateo Sagasta, jefe del Partido Liberal y designado
a la muerte de Alfonso XII, y tras la renuncia del propio Cánovas, Presidente
del Gobierno en 1881, al glosar la figura de su rival político y amigo,
pronunció la siguiente frase: «Después de la muerte de Don Antonio, todos los
políticos podemos llamarnos de tú». En 1901, Alfonso XIII concedió a su viuda
Joaquina de Osma y Zavala el título de duquesa de Cánovas del Castillo. En 1975
el Ayuntamiento de Málaga erigió un monumento en homenaje a este político
malagueño y en 2009 se instaló una placa en su honor en el salón de plenos de la
Casa consistorial de Málaga.
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