La calle de Tribulete es
una castiza vía en el barrio de Embajadores que desciende desde la plaza de Lavapiés hasta la calle de Embajadores.
En un corralón de esta
calle se reunían los vecinos a jugar al tribulete (juego de bolos y tejas), un
juego popular de la época que se jugaba por equipos y que se convirtió en el
modo de denominar a esta vía
Daba a esta calle el
costado sur del colegio de las Escuelas Pías de San Fernando, en cuyo recinto
estuvo el jardín y el camposanto del antiguo Hospital de la Corona de Aragón,
donde fue enterrado Guillén de Castro. Sin embargo, el cronista Mesonero
Romanos, en sus Paseos histórico-anecdóticos por las calles y casas... de
Madrid, estima que esta calle, como las vecinas del Sombrerete, Dos Hermanas, del Oso, de Cabestreros y de Abades, más allá de ser "todas bastante rectas,
desahogadas y con un regular caserío" (...) resultan "absolutamente
desnudas de interés artístico e histórico". Se contradice el maestro del
costumbrismo literario post-romántico cuando, en las siguientes páginas
describe con ojo de minucioso etnógrafo la variedad de manolos, manolas y todo
el filón de casticismo del tradicional pueblo de Madrid que constituyen la
habitual vecindad de estos "barrios bajos de la villa".
La calle del Tribulete fue
acceso principal a uno de los dos edificios que forman el conjunto
arquitectónico de La Corrala, junto con la otra vivienda de balcón de corredera
en patio interior que tenía entrada por la calle del Sombrerete; conjunto que,
tras el derribo del edificio que cerraba la manzana, se muestra al paseante y
turista curiosos desde la calle de Mesón de Paredes, Esta corrala fue declarada
monumento nacional en 1977, pasando luego al catálogo de Bienes inmuebles de
interés cultural. Fue adquirida por el Ayuntamiento de Madrid en 1985.
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