La calle de Fray Ceferino González se ubica entre la calle de Embajadores y la calle de la Ribera de Curtidores.
Primero se llamó calle de San
Pedro porque la calle se abrió el día de la festividad de San Pedro y San
Pablo. En 1835 recibió el nombre de la Pasión porque los monjes del cercano
convento de la Pasión se trasladaron a una casa de esta calle cuando el
convento fue derribado por orden de José I.
Desde 1894 se denomina Fray
Ceferino González (1831-1894), en recuerdo del dominico, teólogo, filósofo,
arzobispo, cardenal y miembro de la Real Academia Española, que escribió varios
libros, entre ellos la Historia de la Filosofía.
El desaparecido Convento de la Pasión estaba situado en la
Plaza de la Cebada, esquina a la calle de Toledo y a la calle de las Maldonadas.
En el año 1565 fue construido el Hospital de la Pasión. Años
más tarde en el 1637, los dominicos fundan el Convento de la Pasión en el sitio
que ocupaba antaño el hospital.
El convento fue demolido en el año 1809 por orden de José
Bonaparte
Ceferino González y Díaz Tuñón O.P. (Villoria, Principado de
Asturias, 28 de enero de 1821 - Madrid, 29 de noviembre de 1894), fue un
sacerdote Dominico que llegó a ser Cardenal así como Arzobispo de Sevilla y
Toledo. Se le considera uno de los filósofos españoles más importantes del
siglo XIX. Era conocido como Fray Zeferino.
Fray Ceferino González y Díaz Tuñón nació en El Campal, en
la parroquia de Villoria en el concejo asturiano de Laviana, en un humilde hogar
de labradores.
Estudia en Ciaño e ingresa en el convento de Ocaña
perteneciente a la orden de los predicadores el 28 de noviembre de 1844.
Estudia Filosofía sintiéndose atraído por el tomismo corriente que defendería
gran parte de su vida.
En febrero de 1849 su congregación le traslada como
misionero a Filipinas, a donde llegó el 9 de febrero de 1849, después de una
accidentada travesía de ocho meses. Allí prosigue sus estudios filosóficos en
la Universidad de Manila y se interesa por otras materias como la física o la
química. En 1854 es ordenado sacerdote. Explicó filosofía los primeros años y
teología durante los ocho últimos de su estancia. También comienza a publicar
sus primeros escritos: «Los temblores de tierra» (Manila, 1857) y «La electricidad
atmosférica y sus principales manifestaciones».
En 1851 es nombrado profesor de Humanidades en la
universidad y dos años más tarde en 1853 es nombrado profesor de Filosofía. En
1859 se le nombra catedrático de Teología en la Universidad de Santo Tomás. En
1858 sufre la pérdida de su amigo y compañero Melchor García Sampedro
martirizado en Vietnam En 1864 publica su primera obra importante «Estudios
sobre la Filosofía de Santo Tomás» acogida con agrado por Marcelino Menéndez
Pelayo y por el Papa León XIII.
Pese a las ocupaciones propias de la cátedra y de los
importantes cargos que hubo de desempeñar en el convento de la Orden -siempre
con una salud muy delicada-, aún pudo escribir los notables Estudios sobre la
filosofía de Santo Tomás. Pero su fama de filósofo y de escritor correctísimo
se extiende después de que en 1866 regresase a España. Entonces, comienza a
publicar en los periódicos "La Cruzada", "La Ciencia
Cristiana", "La Ciudad de Dios" y otros, así como a escribir una
serie de brillantes artículos sobre filosofía, historia y economía política,
parte de los cuales recopiló bajo el título de Estudios religiosos,
filosóficos, científicos y sociales. Otra de sus obras más difundidas fue la
Philosophia elementaria. Muchos de sus trabajos fueron traducidos al italiano,
alemán, francés, ruso y otros idiomas.
En diciembre de 1866 sale de Filipinas por orden de sus
superiores al empezar a tener problemas de salud llegando a España en diciembre
de 1867. Una vez establecido en Madrid tiene lugar el contundente
enfrentamiento con Segismundo Moret en el escenario del Ateneo de Madrid y
traba amistad, formando un círculo de filosofía, con Alejandro Pidal y Mon,
Carlos María Perier, Eduardo Hinojosa, Antonio Hernández y Fajarnés, Juan
Manuel Orti y Lara.
El 16 de junio de 1874 es preconizado para el obispo de
Málaga cargo que logra evitar al estar más interesado en su labor de escritor.
Además movió todas sus influencias para poder renunciar a la Cátedra de
Astorga.
El 5 de julio de 1875 es promovido para el cargo de obispo
de Córdoba por orden del Papa Pío IX siendo consagrado el 24 de octubre de
1875. Se dice que Beato Pío IX resolvió así:
"Por lo que ha
escrito le hago obispo, que lo sea y escriba además".
Durante su obispado logra conjuntar su labor de obispo con
la de filósofo escribiendo numerosos textos y realizando labores en la
diócesis. El 15 de marzo de 1883 es nombrado arzobispo de Sevilla, rechazando
el cargo de senador que le correspondía. Una vez en posesión del cargo se
dedica de pleno a sus labores eclesiásticas e intelectuales que son premiadas
un año más tarde por el Papa León XIII con el cardenalato. Así el 10 de
noviembre de 1884 es promovido para el puesto del cardenal obteniendo la
titularidad de Santa Maria sopra Minerva el 17 de marzo de 1887. Continúa en
Sevilla hasta el año siguiente en el que se traslada a Toledo al ser promovido
por el rey Alfonso XII para arzobispo de Toledo. El 27 de marzo de 1885 es
promovido para el cargo obteniendo además el título de Patriarca de las Indias,
capellán mayor del rey y vicario general castrense. El poeta Campoamor
escribió:
"Ninguno de tan
poco llegó a tanto:/Fraile ayer, príncipe hoy, mañana santo".
En 1886 regresa a Sevilla debido a su mala salud renunciando
finalmente al obispado por cuestiones de salud el 28 de noviembre de 1889.
Fallece debido a un cáncer de maxilar en el convento de la
Pasión de Madrid asistido por el obispo de Oviedo Ramón Martínez Vigil el 28 de
noviembre de 1894 siendo enterrado en la iglesia de los Padres dominicos de
Ocaña.
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