La plaza de Jacinto Benavente es un
amplio espacio en el que confluyen las calles de Carretas, de la Cruz, de las Huertas, de Atocha, del Doctor Cortezo, de la Concepción Jerónima y de la Bolsa. El nombre de la plaza figura en memoria del dramaturgo y Premio Nóbel en
1922, Jacinto Benavente y Martínez, autor de obras como Los intereses creados o
La malquerida.
La plaza se creó en 1926 como consecuencia del derribo de
varios edificios en torno a la plazuela de la Aduana Vieja y la anexa plazuela
de la Leña (luego calle de la Bolsa) y la calle de Carretas, entre ellos el
Convento de los Trinitarios Calzados. Tras el ensanche, el palacio de los Cinco
Gremios Mayores construido por Manuel de la Ballina en el siglo XVII, pasó a
ser propiedad del Banco de Isabel II, y al fusionarse este banco con el de San
Carlos, dio origen a la primera sede del Banco de España. En el inicio del
siglo XXI alberga la Dirección General del Tesoro. Durante el ensanche también
se derribó la lonja del Almidón.
A comienzos del siglo XX se edificó uno de los primeros
cines de la capital: el Cine Ideal (en la embocadura de la calle del Doctor Cortezo). En los años cincuenta se levantó el edificio del "Centro Gallego", de ahí que en las inmediaciones del edificio se colocase un
crucero recordando a los peregrinos que realizan el camino de Santiago. En 1998
se unió a la decoración de la plaza un barrendero de bronce obra del escultor
Félix Hernando García. Desde finales del siglo XX se ha empleado en ocasiones
como espacio para las ferias de artesanía.
Jacinto Benavente y Martínez (Madrid, 12 de agosto de 1866 -
Madrid, 14 de julio de 1954) fue un dramaturgo, director, guionista y productor
de cine español, Premio Nobel de Literatura 1922.
En la esquina de enfrente, donde confluyen la calle de Atocha y la calle del Doctor Cortezo, fue construido un gran espacio con el nombre de Teatro Odeón (actualmente con la denominación Teatro Häagen-Dazs Calderón) por el arquitecto Eduardo Sánchez Eznarriaga entre 1915 y 1917, sobre un solar que había adquirido la Sociedad de Atracciones.
Nacido el 12 de agosto de 1866 en la madrileña calle del León, fue el menor de los tres hijos que tuvo el médico pediatra Mariano
Benavente, circunstancia que suele relacionarse con el interés que mostró por
la medicina.
Inició los estudios de derecho en la Universidad Central de
Madrid, pero, a la muerte de su padre (1885) y gracias al desahogo económico
que le brindó la herencia, los abandonó para dedicarse a la literatura y a
viajar por Francia y Rusia. Durante un tiempo fue empresario de circo y algunos
biógrafos, como Fernando Lázaro Carreter y Ángel Lázaro, sugieren que trabajó
inclusive en él, porque estaba enamorado de una trapecista inglesa, la Bella
Geraldine, lo que él siempre negó. Benavente, que nunca se casó, era
homosexual, y sus obras fueron censuradas durante un periodo tras la Guerra
Civil por este motivo y por haber sido cofundador en 1933 de la Asociación de Amigos
de la Unión Soviética.
En 1892 publica su primera obra, Teatro fantástico, a la que
le sigue un libro de poemas, Versos, otro de cuentos, Villanos y uno de
crítica, Cartas de mujeres, todos aparecidos al año siguiente.
El primer estreno data de 1894: El nido ajeno, que no tuvo
éxito. Carreter señala al respecto que "la obra fracasó porque el público
y la crítica fueron ciegos para comprender sus importantes novedades" y
agrega que Azorín fue el único que supo valorar las primeras obras del
dramaturgo. Este, por su parte, reconoció: "Mal acogida por el público y mucho peor por la crítica". A lo
largo de su vida escribirá más de ciento setenta piezas.
En 1899, fundó en Madrid el Teatro Artístico, en el que
colaboró Valle Inclán y cuyo objetivo era representar un repertorio guiado por
los intereses exclusivos del arte y por su intencionalidad regeneracionista en
toda la amplitud del término. Su referencia más inmediata fue, como en otros
casos, el Teatro Libre, creado años antes por André Antoine en París. Entre sus
propósitos, aluden a la escenificación de obras minoritarias y es perceptible
un cierto elitismo endogámico en sus propuestas. A los treinta y dos años ya
era un autor conocido y, tras pelearse con Valle-Inclán en la tertulia del Café
de Madrid, formó la suya aparte en la Cervecería Inglesa de la Carrera de San
Jerónimo.
El éxito le llega con el nuevo siglo: La noche del sábado
(1903) y Rosas de otoño (1905) y Los intereses creados (1907), considerada su
obra maestra. Carreter escribe que "el
público lo saca del teatro materialmente en hombros, algunas noches de estreno"
y obtiene "la aquiescencia de
críticos tan difíciles como Unamuno y Ortega y Gasset".
Ingresó en la Real Academia Española en 1912, ocupó en 1918
un escaño en el Congreso de los Diputados.
Después de la muerte de su madre, en 1922, se fue a Estados
Unidos como director artístico de una compañía de teatro y fue, precisamente
durante su viaje, cuando se enteró de la concesión del Premio Nobel de
Literatura. En Norteamérica pronunció conferencias, se representaron algunas de
sus obras y fue nombrado hijo adoptivo de Nueva York.
De regreso en España, recibe numerosos homenajes (entre
ellos, hijo predilecto de Madrid, 1924) y después viaja a Egipto, la Tierra
Santa, Oriente Medio y Rusia, donde pasó varios meses.
Fue cofundador, el 11 de febrero de 1933, de la Asociación
de Amigos de la Unión Soviética, creada en unos tiempos en que la derecha
sostenía un tono condenatorio en relación a los relatos sobre las conquistas y
los problemas del socialismo en la URSS.
Durante la guerra civil, Benavente permaneció primero en
Madrid y luego en Valencia, donde las autoridades del Gobierno del Frente
Popular le homenajearon repetidamente y donde llegó incluso a actuar en escena
interpretando el papel de Crispín en Los intereses creados. Una vez terminado
el conflicto, ello le creó serias dificultades, aunque él alegase repetidamente
que sus tomas de posición le habían sido impuestas bajo amenaza de muerte.
Se llegó incluso al curioso extremo de permitir la puesta en
escena de sus obras pero sin indicar su nombre, que pasaba a ser "por el autor de La malquerida". Sin
embargo, no ahorró demostraciones de adhesión al nuevo régimen: en Valencia
subió a la tribuna presidencial para asistir al desfile de las tropas
nacionales; su presencia en la Plaza de Oriente de Madrid, en la gran
manifestación profranquista de 1947 —presencia abundantemente comentada y
fotografiada en la prensa—, le congració el aprecio del régimen y terminó con
el silencio oficial que la censura había impuesto sobre su persona y sus obras.
Fue presidente, a título honorario, de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles durante el periodo de 1948 a 1954.
Fue presidente, a título honorario, de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles durante el periodo de 1948 a 1954.
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