La Cuesta de los Ciegos arranca desde la calle de Segovia con 254 escalones hasta llegar a
la calle de la Morería. A su paso cruza la calle de Beatriz Galindo desde donde la
altura ya permite divisar el panorama de la vega del Manzanares.
Decía Mesonero Romanos a propósito del escarpado altozano
desde el que se llegaba a la plaza de la Morería: “Desde la calle de Segovia, trepando, más bien que subiendo, por aquella
escabrosa cuesta de los Caños Viejos -junto a la casa del pastor- o por la
contigua de los Ciegos, se penetra en el tortuoso laberinto de callejuelas, hoy
en gran parte convertidas en ruinas, conocido por la Morería…”
(Mesonero Romanos, en El antiguo Madrid, 1861 ).
La Cuesta de los Ciegos esconde una bonita leyenda,
protagonizada por San Francisco de Asís y originaria del Siglo XIII. Se cuenta que
San Francisco, en su ruta para el Camino de Santiago, pasó por Madrid, allá por
el año 1214.
Tanto le gustó el paisaje de esta colina, que construyó una
humilde cabaña en el lugar donde hoy está la iglesia de San Francisco el Grande.
Un día fue a entregar unos peces al prior del Convento de
San Martín, y a cambio le entregaron una ánfora con aceite. A la vuelta hacia
su casa, pasó por esta cuesta donde dos mendigos ciegos, le pidieron limosna.
San Francisco, mojó sus dedos con el aceite que llevaba y
untó los ojos de los ciegos, que milagrosamente recuperaron la vista.
Esta cuesta también es conocida como la Cuesta de
Arrastraculos, porque los niños la utilizaban para deslizarse por la pendiente
y por eso este apelativo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario