La de la Cebada es una de las plazas más antiguas de la ciudad. Es famosa por
residir en ella el mercado homónimo. Se encuentra ubicada en el barrio de La
Latina entre las calles de Toledo, de la Cebada, del Humilladero y la Plaza de Puerta de Moros. Fue empleada en el siglo XIX como un espacio de ejecución
pública de reos a muerte, siendo ahorcado en 1824 el general Riego y en 1837
Luis Candelas al Garrote Vil.
La plaza aparece en el Plano de Teixeira de Madrid y ocupa un espacio tan grande como
la Plaza Mayor. El 19 de junio de 1622 se la acondicionó como un jardín público
con motivo de las celebraciones de San Isidro. En la plaza se celebraron
durante el siglo XVIII las denominadas Ferias de Madrid. Tras el fin del
Trienio Liberal, el 7 de noviembre del
año 1823 es sentenciado a muerte y
ejecutado en la plaza Rafael del Riego
entre los insultos de parte de la población madrileña, cuando años antes
le habían aclamado, por iniciar el
movimiento militar y popular que puso final al gobierno absoluto del rey
Fernando VII.
En dicha plaza se situaba el mercado de la Cebada que marcaba uno de los límites del espacio recorrido; en un principio, antes de quedar cobijado la venta se realizaba al aire libre en cajones. Se trataba de un mercado al por mayor, puestos y comerciantes daban un aspecto colorista y lleno de vida, aunque la única fuente que explique este color sea la escrita puesto que las referencias visuales se refieren a antiguas fotografías en blanco y negro. En 1837 con la desamortización de Mendizabal y su renovación urbanística el caserio circundante fue reformado hasta que en 1875 se inauguró un enorme edificio de hierro de iguales características al que aún hoy podemos ver en la plaza de San Miguel, reflejo, ambos, de la modernidad recién llegada a Madrid.
Una cosa era la arquitectura y otra la higiene. En un estudio realizado por el Dr. Philip Hauser en 1902 sobre la salubridad de los mercados madrileños se aseguraba que ningún mercado propiedad del ayuntamiento (Cebada y Mostenses) reunía las condiciones necesarias para la conservación de los géneros. Sin neveras en la Cebada se veían obligados a sacar las carnes sobrantes por las noches a sitios frescos para evitar su rápida putrefacción. Adyacente al mercado estaba la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia o de la Vera Cruz, la cual fue derribada en 1903 dejando un solar que fue utilizado en el comienzo de los años cincuenta para la ampliación del mercado. Este nuevo proyecto produjo el derribo del antiguo edificio de hierro siendo sustituido por el actual de hormigón perdiendo toda la identidad con la que había nacido.
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