La calle de la Encomienda está entre las calles de Embajadores y Mesón de Paredes.
Cuando don Pedro Núñez, maestre de la Orden de Santiago, acompañó a Sancho IV a Toledo, compró esta zona que entonces era un despoblado. Construyó una hermosa casa de campo y colocó encima de la puerta el escudo de Santiago. Por este motivo era conocida como la casa de la Encomienda. A su muerte dejó la casa a una de las encomiendas de la Orden de Santiago, siendo adquirida en el reinado de Juan II por el condestable Álvaro de Luna. Cuando al condestable le fueron confiscados todos sus bienes, la casa quedó deshabitada, hasta que la compraron los hermanos Abad (los que dieron nombre a la calle de los Abades) para agrandar su posesión, conservando el escudo sobre la puerta. Finalmente la posesión, que era muy grande, fue adquirida por el Consejo de Hacienda para construir en parte de ella la iglesia de San Cayetano. El resto del terreno fue vendido para la construcción de casas particulares quedando el nombre de la Encomienda para la calle que se abrió a la entrada de la quinta del maestre.
La encomienda fue una institución socio-económica mediante la cual un grupo de individuos debía retribuir a otros en trabajo, especie o por otro medio, para disfrutar de un bien o una prestación que hubiesen recibido.
La institución del Siervo sujeto a un Señorío estaba establecida en toda Europa. Así, existía una relación de dependencia por la que el más fuerte daba protección al más débil a cambio de comprometerse a guardar fidelidad y entregarle determinados servicios.
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