La plaza de las Descalzas, situada entre la calle de la Misericordia y la plaza de San Martín toma su nombre del Monasterio de las Descalzas Reales que se encuentra situado en este espacio y que es el monumento más importante del lugar. El lugar era en el siglo XIII el centro del antiguo arrabal de San Martín, en la segunda ampliación del antiguo Madrid.
Aquí y delante del edificio del monasterio se proclamó en
diversas ocasiones a los reyes y se aclamó a los Príncipes de Asturias, alzando
para la ocasión un tablado y un dosel.
Más allá del arco, en lo que es actualmente la calle de la Misericordia, existía otro edificio, obra del arquitecto Monegro, que servía
como vivienda de los capellanes y como Casa de la Misericordia para doce
sacerdotes pobres. El lado norte de la plaza se cerraba con las casas del
Marqués de Mejorada y del Duque de Lerma. Todos aquellos edificios eran de
aspecto severo, con fachadas de color tostado. A partir de la llegada de
Napoleón y durante los años posteriores, aquellos inmuebles fueron derribados
unos y alterados otros, salvo el monasterio, que perdió parte de su extensión
pero llegó casi intacto a nuestros días.
En el siglo XIX se colocó en medio de la plaza la fuente de
la Mariblanca que estuvo con anterioridad en la Puerta del Sol y que hoy se
encuentra en el interior de la Casa de la Villa (en la Puerta del Sol hay una
réplica en la actualidad). Hoy pueden verse dos estatuas, una en bronce
dedicada a Francisco Piquer Rodilla en homenaje a su obra de creación del Monte
de Piedad, obra de José Alcoverro, y otra dedicada a Joaquín Vizcaíno, el
marqués de Pontejos, obra de Medardo Sanmartí.
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