La Plaza de las Cortes es un espacio que se encuentra entre
la desembocadura de la Carrera de San Jerónimo y las calles del Prado y del Duque de Medinaceli. La Plaza era antiguamente un punto de entrada a la Capital.
Primeramente se llamó Calzada del Espíritu Santo, por el
convento del Espíritu Santo que fue fundado a fines del siglo XVI en el lugar
que ocupa hoy el Congreso de los Diputados. Se denominó también plaza de Santa
Catalina, por el convento de igual nombre que estuvo, en el siglo XVIII, en el
solar ocupado en la actualidad por el hotel Villa Real.
En ella se encuentra el Congreso de los Diputados, la Organización
Médica Colegial de España, una estatua de Cervantes y el Hotel Palace.
Desde mediados del siglo XIX se denomina plaza de las
Cortes, por el edificio del Congreso de los Diputados.
En 1818 se construyeron viviendas al mismo tiempo que se
expandía la Plaza. En tiempos existió el convento de Santa Catalina en sus
cercanías, este templo fue derribado por los franceses.
En el siglo XIX la plaza forma parte del "Barrio de las
Cortes". El edificio del Congreso de los Diputados inaugura las obras el
10 de octubre de 1843 mediante la colocación de la primera piedra por Isabel
II. Las obras se realizan de acuerdo con los planos diseñados por Narciso
Pascual y Colomer y finalizan en 1850. Las primeras sesiones se realizan el 3
de noviembre.
En el número 8 de la plaza vivió el poeta Ramón de
Campoamor.
El jardín central de la plaza había dos grandes eucaliptos
que fueron destrozados en el ciclón de 1886.
En 1834 se coloca la estatua de Cervantes en la Plaza, dicha
estatua fue costeada por el comisario de Cruzada Manuel Fernández Varela.
El Hotel Palace (ubicado en el nº 7 de la Plaza) fue
construido entre el periodo 1911-1912 por Leon Monnoyer et Fils.
En 2005 el alcalde de Madrid Alberto Ruiz-Gallardón solicita
al equipo de arquitectos Siza Hernández de León y Riaño Rueda y Terán que
trabajen en el proyecto de remodelación de la plaza con el objeto de estudiar
la posibilidad de las obras. Finalmente se amplían aceras y se expande el
entorno de la plaza que se fija en 3.764 metros cuadrados. Las obras duran
varios años y finalizan oficialmente en 2011. El 5 de diciembre de 2009 unos
operarios que trabajaban en la remodelación del aparcamiento de la Plaza de las
Cortes de Madrid se encontraron al mover la estatua de Cervantes en el
basamento octogonal una cápsula del tiempo que en una caja de plomo se
encontraban cuatro tomos del año 1819 del Quijote, un libro de la vida de
Miguel de Cervantes y otras publicaciones. La caja y su contenido (documentos,
medallas y monedas en buen estado) se mostró en una exposición temporal en el
patio de la Casa de Correos. Tras la remodelación la ubicación de la estatua se
modifica y se coloca en su centro, anteriormente se encontraba más cercana a
las paredes de los edificios del Hotel Villa Real.
El Palacio de las Cortes es el edificio que alberga el Congreso de los Diputados, una de las dos cámaras de las Cortes Generales, el parlamento nacional de España. Está situado entre la calle Zorrilla y la
Carrera de San Jerónimo, a escasa distancia del Paseo del Prado, en Madrid. Es
uno de los edificios emblemáticos del Madrid del siglo XIX, de estilo
Neoclásico. En la manzana de edificios situada al este se encuentra el museo
Thyssen-Bornemisza.
En el espacio que ocupa el Palacio de las Cortes se situaba
antaño el convento del Espíritu Santo, de la Orden de Clérigos Menores, el cual
sufrió un grave incendio en 1823. Con la llegada en 1834 del régimen liberal,
el gobierno moderado de Francisco Martínez de la Rosa decidió que sus reuniones
se celebrasen provisionalmente en la iglesia del convento. Al asumir el Partido
Progresista el poder, se tomó la decisión de construir un nuevo edificio en
sustitución del edificio religioso enfrente de la Plaza de las Cortes.
El proyecto fue elaborado y ejecutado por el arquitecto
Narciso Pascual Colomer, iniciándose el 10 de octubre de 1843 y siendo
inaugurado el 31 de octubre de 1850 por la reina Isabel II. Durante los siete
años que duraron las obras los diputados se vieron obligados a reunirse en el
Salón de baile del Teatro Real de Madrid.
En los años 1980 sufrió su primera ampliación de sus
dependencias, construyéndose en la manzana adyacente, en la que antaño se ubicó
Hospital de Italianos entre 1598 y 1885, un edificio que comunica con el
original mediante un puente sobre la calle de Floridablanca. Dicha ampliación
fue inaugurada por los reyes de España, Juan Carlos I y Sofía el 28 de mayo de
1980.
Más tarde, en 1994, sufrió una nueva reforma y ampliación;
asimismo el 1 de junio de 2006 se concluyó la última ampliación, sobre las
antiguas sedes de dos bancos, el Banco Exterior de España y el Banco de Crédito
Industrial.
En 2009, durante unas obras de saneamiento y rehabilitación
del sótano del Congreso de los Diputados, se encontraron restos humanos muy
antiguos. Una de las posibilidades sobre su origen es que procedan de un
antiguo cementerio del convento sobre el que está construido el edificio.
El Palacio ha sido escenario varios de los acontecimientos
políticos más destacados de España durante los siglos XIX y XX, particularmente
desde la instauración de la democracia en el año 1978. Entre ellos, la
proclamación como rey de Juan Carlos I, la apertura solemne de las
legislaturas, y los velatorios de los ex-presidentes Leopoldo Calvo-Sotelo y
Adolfo Suárez; así como el intento de golpe de Estado el 23 de febrero de 1981.
La fachada principal recae a la Carrera de san Jerónimo, una de las vías principales de la ciudad de Madrid. Constituye una de las obras maestras del Neoclasicismo en España, a pesar de lo tardío de su construcción (el edificio fue concluido mediado el siglo XIX), y la obra más conocida de su
arquitecto, Narciso Pascual Colomer.
El arquitecto creó una fachada de tipo palacial de
reminiscencias renacentistas, en dos pisos, el primero almohadillado y el
segundo de ventanales con frontones rectos. Como entrada monumental, dispuso un
gran pórtico de seis columnas de estilo corintio que soportan un frontón
triangular, decorado por un bajorrelieve representando a España con la
Constitución, acompañada a ambos lados por imágenes que idealizan la Fortaleza,
la Justicia, el Valor, las Ciencias, la Armonía, las Bellas Artes, la
Agricultura, el Comercio, los Ríos, la Abundancia y la Paz, obra maestra del
escultor Ponciano Ponzano. El pórtico, de fuerte influjo clasicista, protege
las puertas de bronce que dan acceso al edificio y que sólo se utilizan cuando
el Rey realiza la solemne apertura de sesiones del Congreso. La entrada de uso
habitual se encuentra en un lateral del edificio, en la calle de Floridablanca,
cerrada al tráfico y convertida en lonja de acceso.
Delante del cuerpo central se abre una monumental escalera,
flanqueada por los elementos más característicos e icónicos del edificio: dos
monumentales leones, obra de Ponciano Ponzano, fundidos en 1866, según reza una
inscripción al pie de las esculturas, con los cañones capturados al enemigo en
la Guerra de África de 1860. La cultura popular los ha nombrado como Daoíz y
Velarde, en honor de los dos capitanes insurrectos muertos durante el
levantamiento del dos de mayo. Al León Daoíz le falta el saco escrotal, que
podría ser debido a un error, un olvido del artista, falta de material en su
fabricación u otras razones. En agosto de 2012 la cadena de televisión Canal de
Historia al buscar temas para una nueva temporada, encontró en un blog una
entrada en la que advertía de la falta de saco escrotal en uno de los leones,
tras lo cual comenzó una iniciativa para reponer la pieza faltante haciéndose
cargo ese canal de televisión del coste de la fundición, y pidiendo permiso a
la Comisión de Peticiones del Congreso. Finalmente fue desestimada la petición
por motivos históricos y de seguridad para la integridad de la escultura
metálica.
El hotel The Westin Palace, popularmente conocido como Hotel Palace, es una instalación hotelerasituada en el distrito Centro de Madrid (España) en la Carrera de San Jerónimo,
con fachadas a la Plaza de Cánovas del Castillo, Calle del Duque de Medinaceli
y Plaza de las Cortes. El hotel fue construido por el empresario hostelero de
origen belga George Marquet por sugerencia personal de Afonso XIII, y el
edificio con sus cuatrocientas habitaciones empleó el novedoso material
constructivo denominado: hormigón armado. Siendo erigido en un periodo de
dieciocho meses, abriendo sus puertas al público el 12 de septiembre de 1912
(dos años después que su vecino Ritz). En la fecha de su construcción fue el
Hotel más grande de Europa. Entre sus novedades hosteleras de la época se
encontraba la incorporación de teléfono, interfonos e inodoros en cada habitación.
Los bajos del edificio fueron famosos en Madrid por ofrecer servicios diversos,
tales como los salones de baile denominados el "The del Palace", los
salones de jazz del Rector's Club y la cervecería "La Brasserie". En
los años cuarenta se instaló el Cine Palace y posteriormente la cadena
Starbucks, VIPS. Actualmente el Hotel forma parte del grupo hotelero Starwood
Hotels & Resorts Worldwide.
Los avances técnicos y de calidad en el transporte
ferroviario español tuvieron como primer efecto una mayor afluencia de
visitantes a la ciudad. Ya desde 1883 existía el servicio Wagon-Lits entre
París y Madrid, pero la incorporación de coches-cama permitía un viaje entre
ambas capitales más cómodo. Este sistema substituía al lento y pesado servicio
de diligencias (el denominado servicio de la Compañía de Diligencias
Peninsulares y Postas). Esta situación incrementaba el número de visitantes a
Madrid con necesidad de un alojamiento. Las Fondas acogían a los diversos
viajeros, nacionales e internacionales que llegaban a la Capital de España, en
algunos Palacetes, casas de particulares. En muchos de los hoteles de comienzos
de siglo XX no había buenas instalaciones, y es esta razón por la que a menudo
había un servicio inodoro por planta. Pero pronto surgía en la ciudad la
necesidad de atender una nueva tipología de viajero, acomodado y con gran nivel
adquisitivo. Otras mejoras afectaban al desarrollo de la ciudad como era el
caso de la instalación eléctrica en las viviendas (en 1915 Madrid ya superaba
los cien mil abonados), el transporte mediante tranvías con trole. Entre los
avances urbanísticos de la época cabe destacar la evolución del Ensanche de
Madrid que afectaba a los barrios de Salamanca, así como a los de Argüelles y
Ventas. En 1910 se daba comienzo a las obras de construcción de la Gran Vía
madrileña que abría una gran calle a través del denso casco urbano del centro
de la capital, esta obra duraría 21 años. A pesar de su construcción la
carestía de habitaciones de lujo se mantendría en España hasta bien entrado los
años setenta.
Se habían realizado diversos intentos de crear residencias
hosteleras en Madrid desde muy comienzos del siglo XX. Uno de los primeros se
produce en 1902 cuando la Casa Miró i Trepat estudió la viabilidad de erigir un
Hotel el Paseo del Prado (junto a los Jardines de Retiro) con el objeto de
poder celebrar la coronación de Alfonso XIII, encargó el estudio al arquitecto
catalán Eduard Ferrés i Puig (por consejo de Joan Miró i Trepat). El estudio
mostró que la rentabilidad era mayor si se construía una Casa de Correos y
Telégrafos en la zona. En el año 1910, y fruto de los deseos del rey Alfonso XIII
para que Madrid pudiera disfrutar de un hotel del nivel de la ciudad, se
inauguró el Ritz proyectado por el arquitecto francés Charles Mewès. Las ciento
ochenta habitaciones que poseía este nuevo Hotel de lujo (junto con las del
Grand Hôtel de París ubicado en la Puerta del Sol), no eran suficiente para
atender la creciente demanda de visitantes que afluía a la capital. La carestía
de habitaciones de lujo en Madrid quedó patente años antes, tanto en 1902
durante las celebraciones para la coronación de Alfonso XIII como la de sus
esponsales con Victoria Eugenia de Battemberg en 1906. En ambas el esfuerzo por
acomodar los visitantes fue una labor bastante complicada.
Era pues necesario crear nuevos establecimientos hoteleros
que cubrieran la demanda de la ciudad. Madrid necesitaba un Hotel que le
permitiera incorporarse en los circuitos en los que se movía la alta sociedad
europea. En países como Bélgica, Francia y Gran Bretaña los hoteles de lujo en
medio de las urbes habían proliferado y resultaban ser un éxito para sus
propietarios. Se desarrollaban nuevos conceptos hoteleros. Iniciativas
tempranas como la presidida por el Marqués de la Vega Inclán (que tenía una
fuerte amistad con el Rey) creando la Comisaría Regia de Turismo, son indicios
de la necesidad existente en la época. Es cuando Alfonso XIII aficionado a las
carreras de caballos, tiene una entrevista con el empresario hostelero de
origen belga, George Marquet, dueño de cadenas de hoteles en la Costa Azul en
el hipódromo Deauville (denominado Hippodrome de la Touques). En este encuentro
George es animado por el monarca a construir un Hotel en Madrid. George envió
una comitiva de expertos a Madrid con el objeto de buscar emplazamientos
posibles. La primera tentativa fue la compra del Ritz que acabó con la negación
de los propietarios. Tras ello decidió la construcción del suyo propio con el
apoyo de Alfonso XIII, este nuevo Hotel debía superar en servicios al de la
competencia. Para su edificación se barajaron diversos emplazamientos, uno fue
la Gran Vía, pero se eligió finalmente el solar del palacio de los Duques de
Medinaceli ubicado en la Carrera de San Jerónimo y que fue derribado en 1895.
Este Palacio, perteneciente a la familia Sandoval y Rojas desde el siglo XVII
pasa a la los duques de Medinaceli. Era conocido por los madrileños como el
Palacio del Prado. La muerte del quicuagésimo duque de Medinaceli en 1873 hace
que la viuda traslade su vivienda a un Palacete cerca de la Plaza de Colón y el
abandono del Palacio motiva su demolición. Desde 1902 a 1907 el local de
Medinaceli tuvo un parque denominado "cineflúo". En 1910 optan por la
compra el Ayuntamiento de Madrid y la sociedad Madrid Palace Hotel S.A. El
Ayuntamiento finalmente se retira por falta de fondos, finalmente el solar es
adquirido por la sociedad en la que Marquet es accionista mayoritario. La
ubicación de este nuevo Hotel correspondía al mejor lugar del Madrid de
comienzos de siglo XX. Donde se encontraba cercano al centro político definido
por el Palacio de Congreso, El centro financiero definido por el edificio de la
Bolsa y el social definido por la Puerta del Sol. Posteriormente la cultural
debido a la existencia cercana del Museo del Prado.
La obra se llevó a cabo en el solar de forma trapezoidal y
de seis mil metros cuadrados ocupados anteriormente por el Palacio de los
Duques de Medinaceli. Se presenta la licencia para la construcción con planos
firmados por el gabinete belga de estudios arquitectónicos Leon Monnoyer et
Fils, concretamente por el arquitecto Eduard Ferrés i Puig. Los planos aparecen
con sus leyendas en francés y están firmados en diferentes fechas a lo largo
del año 1910. A partir de este trabajo se le encargarían posteriormente otros
hoteles en otras capitales europeas. La inversión inicial prevista era de
quince millones de pesetas. Ferrés es un arquitecto experimentado que posee
numerosas obras en España y Portugal contó para su diseño con los ingenieros de
la empresa de Marquet: Leopold Ghende y Max Linder. Posiblemente autores de
algunas partes del edificio. Recorrió Europa para conocer los mejores hoteles
del continente europeo, entre ellos el Hotel Palace de Bruselas. Una de las
primeras obras fue la realización de un basamento que soportara el desnivel
existente entre la calle Medinaceli y la Plaza de Cánovas del Castillo. La obra
se adjudicó a la empresa catalana Construcciones y Pavimentos S.A. propiedad de
Joan Miró i Trepat con la colaboración de León Monnoyer et Fils.
Las fechas de comienzo exactas no son conocidas. El 9 de
marzo de 1911 dieron comienzo las obras de vaciado, el 9 de julio de 1911 se
colocó la primera piedra culminando el proceso de edificación el 12 de
septiembre de 1912, fecha en la que se inauguró. La edificación contaba desde
sus inicios de una gran complejidad debido a la existencia de diversos equipos
de ingenieros especialistas en multitud de campos. Resultaba necesario instalar
ascensores, servicios sanitarios para los numerosos cuartos de baño,
conducciones de agua caliente, etc. Entre sus características más innovadoras
se encontraba su estructura totalmente en hormigón armado, que permitió que la
realización de la obra constructiva en tan solo siete meses. El empleo de este
material estuvo lleno de reticencias iniciales. Años antes se vino abajo una
construcción del tercer depósito del Canal de Isabel II, matando a 40 obreros
de la construcción. Este incidente hizo que se extremaran los controles
constructivos. La edificación estuvo llena de percances debido a la
incorporación de novedades en sus instalaciones tales como el sistema de
comunicación de agua que permitía tener water en cada habitación. Esta
innovación superaba en calidad al Ritz que desde sus inicios compartía este
servicio entre varias habitaciones. Para poder realizar las obras se contrató
una brigada de fontaneros traídos de Inglaterra, a los que se incorporaron
ayudantes españoles. Entre los arquitectos de ejecución de obra se encuentra
Manuel Álvarez Maya con el cargo de director de obra, colaborador habitual de
Eduard.
El primer cliente registrado en el Hotel fue el belga
Leopold Ghende en la habitación 141 la noche del día 21 de septiembre de 1912.
Poco a poco se comenzaban a ofrecer en el Hotel los servicios cervecería-café
denominada "La Brasserie". La cervecería, ubicada en los bajos, fue
muy popular en la época ya que ofrecía cervezas alemanas de importación de las
marcas: Löwenbräu (München) y Genossenbräu (cerveza pilsen procedente de
Bohemia). Estas cervezas se traían a España mediante un novedoso sistema de
transporte refrigerado directamente de su origen. La brasserie se empleaba
también como salón de exposiciones. Este hotel tenía como innovación la
presencia de teléfono (e interfono con la administración del Hotel) en cada una
de sus cuatrocientas habitaciones. Este sistema de comunicación sólo se
empleaba en otro Hotel. Se atendían los servicios del hotel con un conjunto de
seiscientos empleados distribuidos a lo largo del edificio. A pesar de comenzar
sus operaciones el día 21 de septiembre, oficialmente fue inaugurado el 12 de
octubre por el Gobierno Español representado por el primer ministro José
Canalejas (unos meses antes de morir en un atentado) y varios millares de
invitados entre los que no asistió el Rey, debido al luto por la reciente
muerte en complicaciones del parto (15 de septiembre) de la infanta María
Teresa.14 El acto fue amenizado por la Orquesta Sinfónica de Madrid y cantó la
tiple Elvira Hidalgo en el espacio del jardín de Invierno. Ocupándose al
completo los cuatro grandes salones. Los cuatro salones se denominan:
Medinaceli, Neptuno, Cortes y Francés. La Gerencia del Hotel hizo acuñar una
medalla conmemorativa de la inauguración. El día de la inauguración el Hotel se
encontraba con su aforo completo.
El edificio es galardonado en 1914 por el Ayuntamiento de Madrid por ser el mejor edificio construido de la ciudad. El entorno
urbanístico del Hotel comienza a poblarse de edificios. El arquitecto Antonio
Palacios comienza a construir por encargo en 1913 un edificio de viviendas
(posteriormente edificio "La Sud América" y en la actualidad un Hotel
NH Paseo del Prado).15
Pronto adquiere Marquet el Ritz y con ello crea un espacio
dual, por regla general al Ritz van los personajes más distinguidos. Algunos
potentados como Juan March llegaron a reservar en 1918 habitaciones en el Hotel
durante largos periodos de tiempo. Otros famosos siguieron su ejemplo, uno de
los más conocidos fue Alberto Santos Dumont. El estallido de la Primera Guerra
Mundial y la posición neutral de España en el mismo atrajo un nutrido éxodo de
la realeza y alta burguesía europea hacía Madrid. Durante este periodo las
habitaciones de ambos hoteles estuvieron constantemente repletas. Esta
situación hizo que el Palace fuese denominado el "último refugio de la
civilización". En sus salones se reunían los elementos más variados de la
sociedad europea exiliada por la Guerra. Se hacían negocios de retaguardia. La
inclusión de la espía alemana Mata Hari entre los visitantes no queda clara en
los que declaran la historia del Hotel. El final de la Guerra marcó una etapa
de esplendor en el Hotel.
El Hotel de los primeros años era un éxito social que
compartía con otros locales madrileños (como era el Casino de Madrid o el
restaurante Lhardy), en sus salones durante las festividades se reunía la
aristocracia y la alta burguesía. Se hizo famoso el salón de bailes vespertinos
del The del Palace (salón de té). Estas celebraciones rivalizaban con las del
Ritz. La cervecería de la Brasseri, a partir de 1923, se convertirá en la
orquesta negra americana Jackson del Rector's Club y se hicieron populares las
primeras sesiones de Jazz en Madrid. La orquesta de la época que amenizó las
noches madrileñas de los años veinte se denominaba: "Jackson
Brothers", compuesta de un conjunto de músicos negros traídos de Nueva
York. Se celebraron igualmente sesiones pugilísticas y de esgrima. La cercanía
con el Congreso de Diputados hace que exista afluencia del mundo de la
política. En sus salones se llegó a discutir si Antonio Maura debía o no
hacerse con el Gobierno de España en 1918 tras la abdicación de Alfonso XIII.
El periodo de post-guerra se caracterizó por la abundancia de políticos y de
industriales catalanes entre los residentes y habitantes de sus salones.
Eran habituales de la cervecería del Palace del brasserie
algunos estudiantes de la Residencia de Estudiantes como lo eran Dalí, García
Lorca y Luis Buñuel. Debido a la creciente demanda de locales de reunión en los
años veinte el Hotel afronta en 1925 la primera reforma de importancia dirigida
por el arquitecto Martín Domínguez. Esta reforma trajo como consecuencia la
construcción de un bar, la compra de múltiples mesas de billar así como la
adaptación de la planta baja para que fuese empleada como concesionario de
Citroën. Esta sucursal desapareció décadas después, permitiendo la instalación
de otros negocios.
La llegada de la Guerra Civil tras el alzamiento, hizo que
disminuyera la clientela y el inmueble se convirtió, ya desde el 18 de julio de
1936, en embajada de la Unión Soviética en Madrid durante un periodo de siete
semanas. Se dedicó a este cometido sólo la primera planta del edificio. El
resto quedó en manos de un comité de trabajadores hasta que el 4 de noviembre
de 1936, al ver el Ministerio de la Guerra un repliegue de las tropas del sur,
decide convertirlo en un hospital de sangre, denominado: "Hospital de Base
número 1". El médico Manuel Bastos Ansart decide trasladar el Hospital
Militar de Carabanchel, debido a su proximidad con el avance de las tropas
asaltantes por el noroeste de la ciudad, evacuándose por completo y trasladado
su personal y material quirúrgico al Hotel. En la planta baja se instalan los quirófanos de urgencias. Se estableció además un hogar para niños desamparados.Se instalaron en el Hotel casi ochocientas camas repartidas a lo largo de los seis pisos. La cúpula que iluminaba el salón de baile sirvió para hacer operaciones en esta época de finales de los años 30, después de que las bombas acabaran con la luz eléctrica. La última planta se dedicó a viviendas de los
empleados que ahora se dedicaban al transporte de enfermos. El edificio sufrirá
durante la defensa de Madrid los efectos del intenso bombardeo aéreo que afectó
al Museo del Prado y aledaños. Concretamente el 16 de noviembre cayeron dos
proyectiles sobre el edificio que afortunadamente no explotaron.
Tras el periodo de Guerra Civil, ya a comienzos del año
1939, George Marquet recupera el Hotel que tuvo que restaurarse por completo,
debido en parte al uso intensivo como hospital de campaña, y de las sucesivas
incautaciones del edificio. George Marquet fijó su residencia en el propio
hotel cuando se encontraba de visita en Madrid, a pesar de poseer diversos
hoteles de lujo en Madrid. En esta segunda remodelación del Palace se cambió el
estilo de las habitaciones renovando su mobiliario que se adaptó a un estilo de
sobrio clasicismo. El 1 de octubre de 1939 regresa a las funciones hosteleras.
Muchos de los propietarios de casas lujosas de Madrid al regresar a la capital,
tras el conflicto, comenzaron a ocupar habitaciones del Palace y del Ritz en
espera de reparaciones de sus viviendas. Situación que volvió a completar el
aforo del Hotel.
Durante los años cuarenta el Hotel fue uno de los centros
más populares para el aprendizaje de barman en España, estableciéndose en su
espacio una barra donde se servían los más famosos cocktails de la época: el
ginfizz y el dry martini. De nuevo el papel neutral de España en la Segunda
Guerra Mundial hizo que el hotel fuese lugar de refugio de la alta burguesía,
así como centro de operaciones de negocios en la retaguardia. Es en esta época
en la que toreros y actores de cine, escritores y demás artistas aparecen en
las listas de residentes del hotel. En 1942, con motivo del treinta aniversario
del Hotel se le entrega a George Marquet la medalla al Mérito al Trabajo. La
capitulación de Alemania supuso el final del periodo de conflicto bélico en
Europa. En los años cuarenta y cincuenta el hotel mostró un aforo completo
debido al centralismo administrativo impuesto por el franquismo. Esta situación
obligaba a las personas con negocios y títulos a desplazarse a Madrid con el
objeto de cumplimentar cualquier trámite. Es por esta razón por la que el
Palace, al igual que el vecino Ritz viven el periodo de postguerras en un
estado de relativa abundancia.
Los restaurantes que ofrecían su servicio mediante el subarrendado,
debido a una decisión personal de George Marquet, pasaron a ser propiedad del
Palace. La compañía aérea española Iberia alquiló las dependencias situadas en
los bajos de la plaza de Cánovas del Castillo y fijó allí su oficina principal.
Frente a la oficina de Iberia, la compañía solicitó al Ayuntamiento de Madrid
la instalación de un terminal de autobuses que pudiera facilitar el transporte
de viajeros desde el aeropuerto de Barajas. La parte que da a la Carrera de San
Jerónimo se dedicó a la proyección del cine, y su sala se denominó: Cinema
Palace. Durante este periodo se hizo popular la residencia permanente del
gastrónomo, escritor y periodista Julio Camba. Este privilegio le fue concedido
como agradecimiento por haber ayudado a Juan March en los delicados periodos
anteriores de la Guerra Civil. El magnate le regaló una de sus habitaciones
permanentes de por vida al escritor, de esta forma Julio Camba queda unido a la
historia del Hotel (habitación 383). Uno de los salones posee su nombre en
homenaje a su residencia. El hotel de los años cincuenta llegó a tener un
servicio atendido por cerca de un millar de personas, entre los integrantes de
la plantilla se llegó a tener un equipo de football. Se atienden nuevas
exigencias de los residentes y se abren servicios como el de guardería
infantil, denominado "Casa Cuna".
El auge económico de los años setenta y la apertura de
España al exterior permite la entrada de nuevos residentes en el Hotel, el caso
más significativo es el de Ernest Hemingway que regresa a España en 1954, tras
una ausencia de casi veinte años, y que se hospeda en el Hotel. El hotel se
hace residencia habitual de los actores americanos que hacen su gira en España.
Muchos de estos actores eran 'desviados' desde el Ritz que tenía el criterio de
no aceptar los personajes públicos famosos con el objetivo de mantener la
atmósfera selecta de tranquilidad entre sus clientes. De esta forma el número
de clientes famosos, sobre todo del mundo del cine, creció en el Palace durante
esta etapa. El número de políticos y de escritores descendió. No obstante hubo
intentos de restablecer el espíritu de las antiguas tertulias, iniciativa de
Guillermo Díaz-Plaja, Eugenio Montes y César Gómez Ruano. Los años cincuenta
fueron los años que comenzó a despegar el turismo en España, haciendo del
fenómeno no sólo un caso sociológico, sino económico. El incremento de turistas
que llegaban a Madrid fue en constante aumento hasta la década de los años
sesenta. Se introdujeron novedades como el aire acondicionado y un tercer
cambio en la decoración del hotel.
Durante los años setenta pronto se comenzaron a notar por
primera vez las temporadas con los aforos oscilantes. En el mes de mayo se
lograban altos grados de ocupación hotelera, bajaba en los meses de agosto para
volver a incrementar su ocupación en octubre. Pronto comenzó a competir en
servicios con otras cadenas hoteleras recién establecidas en Madrid, tal es el
caso de: Eurobuilding, Meliá Madrid, etc. En este mundo de competencia se
produce la renovación de la cúpula directiva recayendo sobre el hijo ya mayor
George Marquet Huens, a su muerte, se dedicó la viuda del mismo a la gestión de
ambos hoteles.
Durante el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de
1981, el hotel sirvió de refugio para los medios de comunicación, los
subsecretarios del Gobierno y la cúpula militar al estar próximo al Congreso de
los Diputados, tomado por los golpistas. La tercera gran reforma se llevó a
cabo en el año 1997. En éste hotel tuvo lugar la primera reunión del Club
Westin. El Hotel fue protagonista durante la noche del 28 de octubre de 1982,
mostrándose Felipe González y Alfonso Guerra asomados juntos al balcón del
Hotel Palace al conocer los resultados favorables de las elecciones generales.
El Hotel cambió de manos en noviembre del año 2005. La venta del mismo formó
parte de una operación que se llevó a cabo por el grupo hotelero Starwood,
siendo el precio de 385 millones de euros.
El edificio se construyó empleando materiales muy novedosos,
entre ellos figura el hormigón armado. Se diseña desde sus inicios con clara
vocación de ser un Hotel singular en el centro urbano de Madrid. Singular por
lo novedoso de sus servicios, y por los materiales empleados. El edificio que
adquiere con el tiempo valor histórico, debido a su ubicación en el eje
neoclásico del paseo del Prado. El estilo de la fachada forma parte de la corriente
del eclecticismo urbano. Posee una composición clásica compuesta de: basamento,
cuerpo, coronación. El basamento está realizado con piedras. El cuerpo consta
de ventanas que dan a las habitaciones de las cuatro primeras plantas del Hotel
que van agrupadas en ejes verticales. Las ventanas del quinto piso se rematan
en una especie de friso de remate. Las ventanas son salientes (de tipo
bow-window) y se disponen como miradores. La coronación se encarga de comunicar
los cuatro torreones en una especie de cubierta muy inclinada de estilo
mansarda. La arquitectura se diseñó bajo la inspiración de otros hoteles
parisinos de la época. A pesar de ello en el edificio se ensayaban nuevos
modelos constructivos, que adquirieron éxito debido a la celeridad y
efectividad de la construcción: realizada en pocos meses. Será influencia
posteriormente en la arquitectura madrileña, muchos de los nuevos edificios
construidos en la nueva Gran Vía y en la calle de Alcalá se inspirarían en este
edificio.
Se trata de un edificio de seis plantas sobre rasante y tres
en subterráneos. En los subterráneos se encuentra la maquinaria e instalaciones
de mantenimiento. Con planta poliédrica de cuatro lados y perímetro de
trescientos metros, todos ellos limitados por las calles: Duque de Medinaceli,
Carrera de San Jerónimo, Plaza de Cánovas del Castillo y Cervantes respectivamente.
Esta disposición da lugar a cuatro fachadas de ventanales. En las esquinas del
poliedro con un torreón cilíndrico, todos ellos rematados con una cúpula. El
color de las fachadas es blanco y contrasta con el color negro de las cubiertas
de pizarra empleada en la coronación del edificio. El motivo ornamental más
repetido son las guirnaldas. El edificio posee una cornisa común horizontal (no
paralelo a la inclinación del pavimento). La última planta fue destinada al
personal de servicio de los residentes, es decir chóferes, amas de llaves,
asistentas, etc. Era denominada la dependencias de correo: chambres de
courriers. La fachada que da a la Plaza de Cánovas del Castillo tiene un anuncio luminoso de grandes dimensiones que muestra en letras rojas de neón: PALACE HOTEL. El Hotel
Palace cuenta con 468 habitaciones, de las cuales 45 son suites. El servicio de
lencería del Hotel fue siempre muy esmerado.
El acceso principal al edificio se produce por la esquina
del edificio que mira a la Plaza de las Cortes. Se encuentra cubierta por una
marquesina. Acceso que se contemplaba ya desde los primeros diseños del
edificio y que resulta original por no encontrarse como es habitual en uno de
los ejes de simetría de las fachadas. El acceso se produce en ascenso sucesivo
de dos escalinatas, la primera permite llegar al hall interior de recepción y
la otra para alcanzar el nivel general de la planta. En esta última cota es
donde se encuentran los: los salones, la tienda y el jardín de invierno. Esta
primera cota (denominada "Planta Noble"), es el lugar donde se
encuentran los espacios comunes de carácter representativo. Tras acceder, desde
la recepción y conserjería, a la planta noble se entra en un vestíbulo de distribución
que permite ir hacia las habitaciones, a las tiendas interiores o a los
diferentes salones. El diseño del interior y de este acceso obliga al visitante
a recorrer una secuencia de estancias antes de lograr el destino deseado dentro
de él.
El jardín de invierno aparece en los diseños iniciales de
1910 del arquitecto catalán Eduard Ferrés i Puig. Es uno de los espacios de
mayor personalidad y representatividad dentro de los espacios públicos del
Hotel. El acceso directo desde la entrada lleva al jardín. Este espacio de
planta circular se encuentra ubicado justo en el centro de la planta, en su
interior y es de estilo Art Nouveau, se encuentra cubierto con una cúpula de
vidrieras de colores sostenidas por columnas dobles. El espacio diáfano se
mantiene debido a unos arcos de hierro que la soportan. Este espacio posee una
iluminación natural por el día debido a estar inserta en el fondo de un patio
interior. En torno a este espacio se ubican perimetralmente los salones y
restaurantes.
El salón de lectura en la actualidad es el bar y lugar de
servicio de los desayunos. El restaurante se colocó de tal forma que estuviera
en la misma planta que la cocina, evitando largos caminos del servicio de mesa.
El edificio se diseñó, ya desde sus inicios, como un espacio capaz de
interaccionar con la vida social de Madrid, para ello se diseñaron lugares de
encuentro en forma de salones. Existe un restaurante oriental denominado el
Asia Gallery, así como La Rotonda otro en el que se ofrece cocina española.
Algunas de las salas se encuentran decoradas con tapices procedentes de la Real
Fábrica de Tapices.
El desnivel existente entre la calle del Duque de Medinaceli
y la cabecera de la Plaza de Cánovas del Castillo se ha resuelto con la inclusión de los
bajos, en ellos estuvo inicialmente la famosa cervecería de los años veinte.
Los bajos ocupan una superficie de 2.700 metros cuadrados. La zona se dedicó a
restaurante y a la colocación de una sala con mesas de billar (constaba de 55
mesas). Arquitectónicamente estos bajos hacen de zócalos que elevan los
basamentos y ponen el edificio en un mismo nivel. Estos bajos fueron
funcionalmente independientes de los servicios del Hotel y se accedía a ellos
sólo desde las puertas insertas en la fachada que da a la Plaza de Cánovas del Castillo. La sección de Planet Hollywood estuvo instalada durante unos años
hasta que se cerró en 2008.
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