La calle del Marqués de Cubas, antes la calle del Turco, comienza
en la carrera de San Jerónimo, por detrás del antiguo palacio de Villahermosa,
que alberga, desde su inauguración en 1992, al museo Thyssen-Bornemisza y
termina en la calle de Alcalá, en un lateral del actual edificio del Banco de
España. Tiene cruces con las calles de Zorilla y de los Madrazo, ambas calles
que terminan en el paseo del Prado.
La Real Academia de Jurisprudencia y Legislación tiene su
sede en el número 13 de la calle.
En el solar entre la calle del Turco y el paseo del Prado,
con entrada en la calle de Alcalá, tenía su corral de comedias la compañía
italiana Los Trufaldines antes de trasladarse al Teatro de los Caños del Peral,
edificio construido expresamente por ellos donde actualmente se encuentra el
Teatro Real.
Hacia finales del siglo XVIII, se construyó en el mismo
solar el palacio de Alcañices, y más tarde su entonces dueño, el duque de
Sesto, encargará su reforma a Francisco de Cubas, el marqués de Cubas. En 1888,
se construye allí parte del edificio del actual Banco de España, edificio que
se ampliaría en 2006 para incluir la manzana entera, ampliación a cargo del
arquitecto Rafael Moneo, y que incorpora la sede de la desaparecida Banca
García-Calamarte, que formaba la esquina de calle de Alcalá con calle del Marqués
de Cubas.
Hasta su cierre por los falangistas en 1939, los periódicos
Heraldo de Madrid y El Liberal de Madrid, ambos pertenecientes a la Sociedad
Editora Universal, tenían sus instalaciones en los números 5 y 7 de la calle.
Poco después, en los locales expropiados, se instaló la redacción del diario
Madrid, dirigido por Juan Pujol hasta su traslado a un nuevo edificio en 1947.
Pérez Galdos menciona la calle del Turco en la primera
página de su novela sobre Amadeo I, que forma parte de los Episodios
Nacionales, al situarse en su esquina con la carrera de San Jerónimo para ver pasar al cortejo del nuevo rey.
Francisco de Cubas y González-Montes (Madrid, 13 de abril de
1826 - ibídem, 2 de enero de 1899) fue un arquitecto y político español del siglo
XIX, también conocido como el marqués de Cubas por su título nobiliario, el
marquesado pontificio de Cubas. Fue también desde 1893 marqués de Fontalba. Su
obra más destacada es el proyecto para la catedral de la Almudena, en estilo
neogótico, que sin embargo tras la muerte de Cubas vería modificadas su líneas
originales. Ha sido considerado por Pedro Navascués «el arquitecto [madrileño] más característico y representativo del
último tercio de siglo». En el plano político fue diputado, senador y alcalde
de Madrid.
Se formó en la Escuela de Arquitectura de la ciudad y obtuvo
sendas pensiones para completar sus estudios en Roma y Grecia. Obtuvo el título
de arquitecto el 17 de diciembre de 1855 y durante sus primeros años aprendió
del arquitecto Antonio Zabaleta, en cuyo estudio trabajó.
Miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
desde el 27 de noviembre de 1870, compaginó sus trabajos de arquitectura con su
carrera política, que le llevaría a ser diputado entre 1891 y 1982, alcalde de
Madrid con la Unión Conservadora de Francisco Silvela, del 6 de noviembre al 1
de diciembre de aquel año, y senador por la provincia de Ávila desde 1896 hasta
su muerte.
En el ámbito personal era aficionado a la arqueología y
contaba con una colección de antigüedades en su domicilio, constituida en buena
parte por arte cristiano medieval y orfebrería. Estuvo casado con Matilde de
Erice y Urquijo, ambos enterrados en una capilla de la cripta de la catedral dela Almudena, su gran proyecto como arquitecto.
Es uno de los más notables representantes de la arquitectura
decimonónica madrileña. Su obra experimentó una evolución desde un estilo
inicial denominado como «italianizante» y con «tendencias clasicistas» a una
etapa de madurez en la que cultivó una arquitectura caracterizada por un goticismo
neomedieval y el historicismo. Entre sus realizaciones destacan la Universidad
de Deusto en Bilbao, el Museo Nacional de Antropología (1873-1875), el asilo de
huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús (1880-1886), el convento de las Siervas
de María (1883), el palacio de Arenzana —actual embajada de Francia— o la
iglesia de la Santa Cruz.
También participó en la reforma del palacio de Alcañices, la
construcción de escuelas de niños y niñas en Llodio y Murga y de las casas
Salabert de Madrid, así como de varios palacetes del paseo de Recoletos.
También proyectó varios panteones y capillas sepulcrales en los cementerios
madrileños de San Isidro y San Justo. Algunos autores le atribuyen el proyecto
del Seminario Conciliar de Madrid, sin embargo Navascués Palacio lo pone en
duda, apuntando que la autoría podría corresponder a Miguel de Olabarría,
discípulo de Cubas.
Denominado por Navascués Palacio «el arquitecto
"oficial" de la aristocracia madrileña», también construyó diversas
viviendas particulares para las clases altas de la ciudad, además de realizar
trabajos para la Compañía de Jesús.
Con todo, su obra más recordada es la catedral de la Almudena de Madrid, cuya construcción comenzó en 1883 con la primera piedra de la cripta. Tras un anteproyecto del propio Cubas, del que algunos de sus
elementos han sido calificados como «anodinos» o «poco afortunados», terminó
proponiendo un diseño con una «mejor asimilación de la arquitectura gótica» y
«mayor rigor histórico», según Navascués Palacio, que se correspondía con el de
una «magnífica» catedral neogótica según la moda imperante en Europa,
influenciado por el arquitecto francés Viollet-le-Duc. Dicho proyecto
resultaría luego muy modificado: las obras se fueron alargando por problemas
económicos y finalmente se prosiguieron según líneas del neoclasicismo, más
acordes con el vecino Palacio Real. También se encargó de la construcción del
castillo de Butrón —sobre una fortificación previa completamente en ruinas— en
la localidad vizcaína de Gatica.
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