miércoles, 4 de febrero de 2015

Plaza de los Carros

Plaza de los Carros


Esta plaza está situada entre la Costanilla de San Andrés, la Calle de Don Pedro y la Plaza de San Andrés.

La Plaza de Carros debe su nombre a que en este lugar paraban los carruajes que llegaban a la ciudad por la Puerta de Moros. En este sitio aparcaban los carros y descargaban las mercancías de las que más tarde darían buena cuenta los vecinos de la Villa. Tambien se contrataba este medio de transporte con mulas hasta principios del siglo XX. Además, desde este punto partían muchas diligencias con viajeros hacía diferentes puntos del país lo que la convertía en un lugar de trasiego de viajeros y mercancías hace varios siglos.

El nombre original de la plaza fue cambiando con el paso del tiempo. Fue denominada Plaza de Aguirre y Plaza de Julio Romero de Torres pero finalmente, durante su reforma en 1965, recuperó su denominación original.

En excavaciones arqueológicas realizadas en las proximidades (calle de Don Pedro, antigua calle Alcantarilla), se descubrió en perfecto estado uno de los primitivos "viajes de agua" árabes, sistema que estuvo en vigor en Madrid hasta la segunda mitad del Siglo XIX, cuando entraron en funcionamiento las instalaciones del Canal de Isabel II.

En la remodelación de la plaza impulsada en el año 1984, siendo alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván se descubrieron huellas muy interesantes del Madrid musulmán. Las excavaciones sacaron a la luz los restos de un viaje de agua, cuyo origen islámico fue ratificado por los arqueólogos Luis Caballero, Manuel Retuerce y Carmen Priego.

Se trata de un tramo de diez metros de longitud, perteneciente a un viaje que posiblemente nacía en las Fuentes de San Pedro, cerca de Puerta Cerrada, para luego dirigirse a la Cava Baja hasta llegar a la Plaza de los Carros, donde recibía las aguas de San Andrés.

Continuaba después por la calle de Don Pedro para descender por la Cuesta de los Caños Viejos, junto a uno de los estribos del viaducto, en dirección a la Calle de Segovia.

Los vestigios encontrados consisten en un canal de sección rectangular, con un andén lateral o codo de 43 centímetros de ancho y un lecho de piedras en el fondo. Está construido en pendiente, salvando el pronunciado barranco que había en la zona, en dirección este-oeste.

Cuenta con un murete intermedio que, a modo de presilla, llega a la altura del andén. La función de este elemento era depurar el agua que conducía el viaje, actuando como un pequeño pozo donde se depositaban los residuos sólidos arrastrados por la corriente.

Para Manuel Retuerce, no hay ninguna duda de que el viaje fue hecho durante el periodo omeya, "en un momento bastante anterior a la conquista castellana de 1085". Tal afirmación se basa en el estudio de los escombros vertidos, que se presentan en varias capas, todas ellas con cerámicas musulmanas.

Además, existe una tradición oral y escrita que alude a la existencia de viajes de agua árabes. Es el caso del arquitecto Teodoro de Ardemans (1661-1726), quien alertó sobre las "minas antiguas de Madrid, hechas en tiempo que ocuparon los moros", ya que provocaban hundimientos en las calles.

El viaje de agua de la Plaza de los Carros no fue destruido tras su excavación. Tampoco fue sepultado, sino que yace en el subsuelo, dentro de una oquedad.

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